Las elecciones para el
Parlamento de Cataluña tendrán lugar el 12 de mayo tras ser convocadas de manera anticipada por el presidente de la Generalitat,
Pere Aragonès, debido a la falta de aprobación de los presupuestos para este año. Este escenario refleja profundos conflictos y una
ausencia de estabilidad tanto dentro de los partidos que apoyan la independencia como entre los distintos grupos políticos en el Parlamento catalán. Partidos de la oposición, como el
PSC, En Comú Podem, y la CUP, han apoyado la decisión de adelantar las elecciones, viéndolo como una oportunidad para que los ciudadanos de Cataluña decidan sobre el rumbo político futuro de la región.
De acuerdo con las encuestas más recientes, el Partido Socialista de Cataluña (PSC) sería el más favorecido en las elecciones, con una estimación de voto entre el 23 % y el 29 %, lo que le otorgaría alrededor de 39 escaños, seis más que en las anteriores elecciones de 2021. No obstante, se encontraría lejos de obtener una mayoría absoluta, lo que le obligaría a buscar el apoyo de partidos independentistas.
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La evolución de los resultados en Cataluña
Las primeras elecciones autonómicas en Cataluña tuvieron lugar el 20 de marzo de 1980, tras la llegada de la democracia a España y el restablecimiento de la Generalitat. La coalición de partidos Convergència i Unió fue la más votada y, con 752.943 votos (un 27,68 por ciento), obtuvo 43 escaños, diez más que la segunda fuerza política, el Partido de los Socialistas de Cataluña.
Y lo cierto es que esta fue la principal fuerza en Cataluña hasta 2015, momento muy convulso políticamente hablando debido al movimiento independentista.
1980-1992: Dominio de Convergència i Unió (CiU)
Durante este período, Jordi Pujol de Convergència i Unió (CiU) fue presidente, marcando una era de estabilidad y crecimiento para el nacionalismo catalán moderado. CiU mantuvo una posición fuerte en el parlamento, aunque sin mayoría absoluta.
1995-2003: Consolidación del poder de Ciu
CiU continuó siendo la fuerza dominante, aunque la falta de mayoría absoluta significó que dependía de alianzas para gobernar. El período estuvo caracterizado por un aumento en la tensión entre el gobierno central y el autonómico respecto a cuestiones de autonomía y financiación.
Se formaron dos gobiernos de coalición, conocidos como los 'Tripartitos', compuestos por el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Iniciativa per Catalunya Verds (ICV). Estos gobiernos marcaron un giro hacia la izquierda y un aumento en el discurso soberanista.
2010-2015: Auge y crisis del soberanismo
Artur Mas de CiU fue presidente, y su gobierno marcó un giro significativo hacia el independentismo, culminando en la consulta sobre la independencia de 2014. La crisis económica también jugó un papel crucial, afectando la estabilidad política y económica de la región.
2015-2021: Política polarizada y el Procés
Este período estuvo dominado por la cuestión del independentismo catalán. En 2015 y 2017, coaliciones independentistas como Junts pel Sí y luego JuntsxCat, junto con la CUP y ERC, impulsaron el movimiento independentista. El intento de declaración unilateral de independencia en 2017 llevó a una intervención directa del gobierno central y la imposición del artículo 155 de la Constitución Española.