Paleontología
Encuentran restos de un cocodrilo prehistórico que convivió con los dinosaurios en el Pirineo
Un estudio aporta nuevas pruebas de la diversidad animal en la Europa del Cretácico
Un reciente estudio paleontológico publicado en la revista Historical Biology muestra nuevas pruebas de la diversidad animal en la Europa del Cretácico superior, que convivían con los dinosaurios. En concreto, la investigación describe unos restos de un reptil con forma de cocodrilo excavados en la década de 1950 en la comarca del Pallars Jussà, en el Pirineo catalán.
Se trata de un ejemplar que vivió hace 70 millones de años, y que pertenece a una especie diferente de las ya conocidas en los yacimientos contemporáneos cercanos. Los restos se encontraron en el yacimiento de Suterranya-Mina de lignito, una antigua mina de carbón en la que trabajaba como capataz Josep Montané.
Los fósiles recogidos entonces por Montané fueron guardados y quedaron en el olvido hasta el año pasado, cuando los investigadores Riccardo Rocchi, de la Universidad de Bolonia, y Bernat Vila, del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), se pusieron a estudiar un fragmento de cráneo similar al de los cocodrilos.
Tras analizarlo, concluyeron que pertenecía a un ejemplar de la familia de los alodaposúquidos, un grupo de cocodriliformes hoy extinto que fue muy abundante durante el Cretácico superior en Europa. Los cocodriliformes comprenden varios grupos de «cocodrilos», tanto las formas actuales como sus antepasados, señalan desde el ICP.
Distinto de otros descubrimientos
En 2015 ya se describió una especie de alodaposúquido (Allodaposuchus palustris) en yacimientos cercanos y contemporáneos a Fumanya, en el Berguedà. Sin embargo, el ejemplar del Pallars Jussà se parece más a otra especie (Allodaposuchus subjuniperus), conocida solo hasta ahora en yacimientos más jóvenes del Pirineo aragonés.
A partir de un documento inédito que ahora ha salido a la luz, los investigadores han descubierto que Josep Montané también encontró unos dientes asociados al cráneo que fueron atribuidos a la especie Allodaposuchus subjuniperus.
El hallazgo plantea, pues, un escenario de convivencia entre, al menos, dos especies diferentes de alodaposúquidos en el mismo ecosistema costero del Cretácico superior, reforzando la interpretación de que estas áreas representaban un hábitat con una biodiversidad notablemente rica, destacan desde el instituto vallesano.