Los García-Obregón están viviendo una jornada repleta de emoción y felicidad. La familia se ha reunido este miércoles, 1 de mayo, para celebrar por todo lo alto el enlace de Javier García-Obregón y Eugenia Gil Muñoz. Tras ocho años juntos, se han dado el ‘sí, quiero’ en la iglesia de San Fermín de los Navarros, ubicada en el céntrico barrio de Chamberí, en Madrid.
Antes de que el reloj marcase las doce de la mañana han comenzado a llegar los primeros invitados. Ana García Obregón no se ha perdido esta importante cita familiar. La presentadora y actriz ha posado ante los medios de comunicación radiante de felicidad por el momento que iba a vivir minutos después en el interior del templo. Para la especial ocasión, se ha decantado por un conjunto de dos piezas realizado en tweed en un tono verde pastel compuesto por una chaqueta con cuello barco y solapa con doble botonadura y una falda lápiz. Prendas que ha combinado con unos salones de tacón beige.
Aunque lo que más ha llamado la atención es la joya por la que se ha decantado, rindiendo así su particular homenaje a su hijo Aless Lequio, fallecido el 13 de mayo de 2020 a consecuencia de un cáncer. Por ello ha lucido el colgante de la firma Rabat con el nombre del empresario grabado con diamantes. La actriz ha posado también junto a su hermano Javier García-Obregón y sus hermanas, Amalia y Celia. Asimismo, también ha estado presente Juan Antonio García Obregón, conocido en su entorno más cercano como Juancho. El empresario ha llegado separado de sus hermanos junto a su mujer, Marta Vázquez de Castro. Sin embargo, la gran ausente de la ceremonia ha sido Anita, que ya tiene un año de vida.
Javier ha llegado en torno a las 11:49 horas conduciendo un Aston Martin descapotable junto a su madre, Paloma Lago, que ha ejercido de madrina y ha lucido un vestido verde menta de corte asimétrico con capa semitransparente de AnmarGo. Casi una hora después de lo previsto ha llegado uno de los momentos más esperados, la llegada de la novia.
Eugenia se ha bajado del Mercedes 220 del año 1960 con una gran sonrisa. Para este día que no olvidará jamás ha optado por un vestido de tirante ancho, cuello a la caja y una enorme lazada en la parte trasera que ha ido seguida de una cola, también bajo la seña de identidad de la citada marca. Ha añadido a este estilismo nupcial unos guantes altos, aportando así su toque más personal. En cuanto a las joyas, ha apostado por Rabat, firma que se ha encargado de las alianzas. El ramo estaba compuesto por rosas de jardín, rosas Leonora David Austin y rosas Purity.
Eugenia Gil ha entrado en la iglesia bajo los acordes de Canon de Johann Pachelbel y lo ha hecho junto a su madre, Julia, que es médico de profesión. Durante la ceremonia, que ha estado oficiada por el padre Samuel, se ha vivido un momento de lo más sentido cuando se ha recordado a los que ya no están. Homenaje que ha ido dirigido especialmente a los abuelos paternos del novio, Antonio García y Ana María Obregón Navarro, y a su primo Aless. Debido al retraso, la misa ha tenido que ser reajustada y se han suprimido la primera lectura y el salmo. Asimismo, también han eliminado algunas de las canciones, manteniendo el Himno de España y la Salve Rociera. Una vez se han dado el ‘sí, quiero’, los recién casados y el resto de los invitados se han trasladado a una finca a las afueras de Madrid, donde estaba organizada una comida y la posterior fiesta.
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