Repostar gasolina, un gesto cada vez más frecuente
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Dos motivos por los que los propietarios de un coche diésel se arrepienten de comprarse un gasolina
Es cierto que la gasolina huele mucho mejor que el gasóleo, pero los conductores que pasan de diésel a gasolina se quejan de otras cosas que han perdido por el camino
Aunque los coches con motor diésel llegaron a superar el 60 % de las ventas, a día de hoy apenas suponen un 10 % de las matriculaciones. Este tipo de propulsores vivieron su época más dulce a principios de los años 2000, cuando la llegada de los motores TDi y similares los convirtieron en reyes absolutos del mercado.
Los reyes del mercado
Hoy en día siguen líderes entre los coches usados, con más de un 50 % de las ventas, pero la eliminación de estos motores de la oferta comercial de las marcas los ha relegado a un papel secundario entre los nuevos.
Las siglas TDi se hicieron míticas en los 2000
Como consecuencia de ello los compradores optan por versiones de gasolina o híbridas, pues la oferta comercial es la protagonista clara de los concesionarios.
Las ventas de vehículos de gasolina puros suponen algo más del 40 % del mercado, unas cifras que nos recuerdan a tiempos pasados tanto por el volumen de matriculaciones como por unas carencias de las que ya se habían olvidado los conductores.
Las carencias de los gasolina
En este caso la transferencia de usuarios de coches diésel a la gasolina provoca quejas entre sus compradores, que echan de menos dos virtudes que convirtieron a los diésel en los reyes del mercado, aunque es cierto que tampoco hay que olvidar sus inconvenientes, pues también los tienen.
En el apartado negativo, los vehículos diésel han sido siempre mucho más ruidosos y bruscos que los gasolina, aunque el paso del tiempo los dulcificó hasta límites insospechados.
Los coches diésel siempre se identificaron con emisiones superiores
En el aspecto contrario, los actuales propietarios de vehículos gasolina echan en falta dos de las principales virtudes de los coches movidos por gasóleo. Por un lado el consumo, pues los vehículos diésel habían logrado alcanzar la barrera de los 4 litros a los 100 kilómetros, una proeza a la que difícilmente se acercarán los gasolina nunca.
Autonomía efímera
Por otro lado la autonomía no tiene nada que ver. Los diésel ofrecían distancias de más de 1.200 kilómetros sin repostar, lo que te permitía cruzar España sin pisar una gasolinera, mientras que ahora estamos entre los 400 y los 500 kilómetros, en función de que estemos al volante de un gasolina puro o de un híbrido.
Autonomías y consumos de otra época
Estos últimos pese a tener el extra de autonomía que permite su batería, han visto reducida la capacidad del depósito de combustible para disminuir el peso. La realidad es que no son pocos los conductores que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor...
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