Un agricultor muestra los efectos de la sequía en el cereal
Las cuentas de los siniestros del campo: herbáceos y viñedos vuelven a ser las grandes víctimas
Los eventos climáticos más dañinos para la actividad agrícola fueron las tormentas de pedrisco, viento y lluvia
La mirada al cielo persigue desde siempre a agricultores y ganaderos. El exceso o la ausencia de lluvias, las altas o bajas temperaturas y los golpes en forma de pedriscos y tormentas engrosan buena parte de las preocupaciones de los agrarios, cuya actividad está muy determinada por el capricho meteorológico.
Las dificultades para el sector primario se han multiplicado en los últimos tiempos: la subida de los insumos, el complicado panorama geopolítico, la carga burocrática y la competencia con terceros países que cuentan con regulaciones más laxas exprime a los productores; sin embargo, el agujero que más lastra el trabajo en las explotaciones está en la naturaleza.
Así lo revela la entidad de Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro), que ha adelantado las primeras conclusiones sobre su informe de siniestralidad. En total, la siniestralidad registrada en 2024 ascendió a 712 millones de euros, cifra significativamente menor a los 1.241 millones de euros correspondientes a 2023, cuando el campo español fue víctima de una sequía histórica. Además de la mejoría del tiempo, las organizaciones profesionales agrarias apuntan al aumento de los costes de las primas que convierten en inaccesible el seguro para muchos, dado que las ayudas se han visto notablemente disminuidas.
Las producciones más perjudicadas han sido los cultivos herbáceos, con 123 millones de euros, uva de vino, con 105 millones, y los frutales con 93 millones. El castigo para este trágico podio se repite, ya que en la secuencia de 2023 también fueron las producciones con más indemnizaciones, aunque en la referencia anterior en mayor medida: cultivos herbáceos (476 millones), uva de vino (105 millones), frutales (105 millones). La cosecha 2024 ha sido la más asegurada de la historia en los herbáceos, con un 31 % más de producción y 26 % más de capital asegurado
Los eventos climáticos más dañinos para la actividad agrícola fueron las tormentas de pedrisco, viento y lluvia, cuyas indemnizaciones suman 261 millones de euros. En particular, solo los daños provocados por la dana registrada en Valencia a finales de octubre supusieron 60 millones de euros en indemnizaciones.
El destrozo por sequía ascendió a una factura total de 115 millones de euros pese a que el curso gozó de una primavera húmeda. La escasez de precipitaciones desde el final del invierno y durante toda la primavera en algunas zonas del país fueron especialmente destacadas en las principales producciones de cultivos herbáceos extensivos de bajo Aragón, Cataluña, litoral mediterráneo, oeste de Andalucía y Castilla-La Mancha.
Las heladas registradas en los primeros meses del año, entre enero y marzo, fueron las principales causantes del perjuicio en los viñedos de La Rioja, Álava, Castilla y León y Castilla-La Mancha, uno de los cultivos con más indemnizaciones. Asimismo, las temperaturas bajo cero cortaron el crecimiento de frutales, cítricos y hortalizas del área mediterránea.
En el conjunto del año 2024, Agroseguro gestionó 118.000 siniestros agrícolas, correspondientes a una superficie de 1,66 millones de hectáreas, y 103.000 siniestros pecuarios, así como 1,38 millones de servicios de retirada y destrucción de animales muertos en explotación. En el caso de los seguros pecuarios, las indemnizaciones se han situado en 157 millones de euros.