Camión cargado de tomates
Marruecos adelanta a España como segundo proveedor de tomate de la UE con 48.000 toneladas más en 2024
Las aportaciones del país magrebí han aumentado algo más del 47 % desde 2016, año en el que España alcanzó su techo, un 34 % superior a lo registrado en 2024
La posición de España como segundo proveedor de tomate para la Unión Europea (UE) ya es historia.
El liderazgo de Holanda va a más y la irrupción de Marruecos en el mercado europeo y su feroz crecimiento como potencia agroalimentaria lastra la aspiración española a ser la huerta de Europa.
La escasez de agua y la subida de los costes de producción hunden la rentabilidad de las cosechas en España. Al mismo tiempo, Marruecos, que acumula siete años consecutivos de sequías, perfecciona sus métodos, camufla sus defectos y saca cada vez más provecho a sus ventajas.
Las constantes llamadas de atención que han realizado los agricultores de tomate en España en los últimos tiempos se han plasmado con los datos del servicio estadístico Euroestacom (ICEX-Eurostat), que evidencian el adelantamiento del vecino del sur: Marruecos vendió 579.792 toneladas de tomate a la UE por valor de 999,04 millones de euros en 2024, por las 531.766,4 toneladas a 933,82 millones de euros de España.
La realidad del mercado de la UE desbanca a España por 48.025,6 toneladas y eleva a Marruecos, cuya aportación al viejo continente ha experimentado un acelerón de 87.353,5 toneladas en 2024. Las aportaciones del país magrebí han aumentado algo más del 47 % desde 2016, año en el que España alcanzó su techo, un 34 % superior a lo registrado en 2024.
La distancia entre España y Marruecos como proveedores de tomate para la UE se ha estrechado hasta que los africanos han certificación el sorpaso anticipado por los productores nacionales.
Los tomateros de España exigen la imposición de cláusulas espejo a Marruecos y denuncian la imposibilidad de competir con estas circunstancias. Los productores en suelo europeo han de cumplir una legislación considerablemente más estricta en la utilización de fitosanitarios, uso del agua y condiciones laborales; mientras, la monarquía marroquí subvenciona altos porcentajes de la producción de tomate, entre el 50 y el 70 % de su valor.
El impulso estatal de Marruecos contrasta con las trabas que manifiestan los productores españoles. La COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), que lidera la hostilidad del campo español contra el tomate extracomunitario, señala que desde 2019 Marruecos habría excedido en unas 230.000 toneladas el contingente del acuerdo de libre comercio con la UE que está exento de tasas.
Andrés Góngora, responsable estatal de frutas y hortalizas de COAG, apuntó en conversación con El Debate que desde 2019 llegan unas 500.000 toneladas anuales. «Unas 230.000 toneladas de tomate se cuelan cada año sin pagar tasas», manifestó Góngora, que reveló que los cálculos de su organización cifraban en 71,7 millones de euros el dinero que habría dejado de pagar Marruecos a España en los últimos cinco años por el excedente de tomate que ha introducido en el mercado europeo.
La entrada masiva de tomate marroquí en Europa es la gran problemática para la hortaliza española, cuyos agricultores lamentan que se ha perdido un 30 % de la superficie del cultivo como consecuencia de la guerra desigual con los magrebíes.
Las lista de malas artes por las que los productores españoles apuntan a Marruecos añaden la ocupación y explotación del Sáhara Occidental. El terreno reivindicado por los saharauis se ha convertido en el huerto de Mohamed VI, ya que ahí se cultivan buena parte de los tomates que luego llegan a Europa como marroquíes y se aprovechan del tratado de libre comercio con la UE.
La suma de factores ha colocado a Marruecos como segundo proveedor de tomate de la UE, aunque la ambición del vecino del sur apunta a lo más alto. La firmeza del tomate de Holanda se perpetuó en 2024 con la venta de 743.291,80 toneladas; sin embargo, Marruecos avanza a un ritmo frenético y ha reducido el trecho de 222.240 toneladas en 2023 a 163.499,8 toneladas el pasado año.