Aceitunas en un olivo

Aceitunas en un olivoEuropa Press

Estas son las diferencias entre el aceite de oliva y el aceite de oliva virgen extra

El aceite de oliva, gran pilar de la dieta mediterránea, ha protagonizado buena parte de las noticias sobre alimentación en los últimos tiempos.

El conocido como oro líquido llegó a posicionarse en precios impensables para el consumidor, con facturas en origen de 9 euros el litro para el virgen extra como consecuencia de la sequía y la baja producción.

El alza del virgen extra, el rey de los aceites, empujó al consumidor a buscar a otras de las diversas opciones que ofrece el aceite y, en España, el plan b menos traumático fue el aceite de oliva.

Tal y como evidencia su nombre, el aceite de oliva y el aceite de oliva virgen extra comparten buena parte de las propiedades que hacen de esta grasa un imprescindible en los hogares; sin embargo, las diferencias aparecen en su proceso de elaboración, su calidad y su sabor.

El aceite de oliva virgen extra (AOVE) solo se obtiene por procesos mecánicos (prensado en frío) y sin productos químicos. No se somete a refinado, mientras que el aceite de oliva resulta de una mezcla de aceites refinados (procesados con productos químicos y calor para eliminar defectos) y aceites vírgenes.

El proceso de extracción deja varias distinciones entre el aceite de oliva y el virgen extra, ya que al ser este último la máxima categoría del producto conserva todas sus propiedades naturales. Esta pureza desaparece en un porcentaje en el aceite de oliva, que tiene mezcla con aceites refinados. El AOVE goza de un color más verde y los refinados tiran más a amarillento.

La principal discrepancia entre el aceite de oliva y el virgen extra aparece en el sabor. El AOVE es más intenso y afrutado y permite captar más matices sobre la variedad de la aceituna con la que ha sido elaborado. El sabor del aceite de oliva es más suave debido al refinado, que elimina muchas de las características del jugo en su estado más puro.

Uno de las diferencias insalvables entre el aceite de oliva y el virgen extra es la acidez: el AOVE no puede superar el 0,8 % de acidez y el primero puede alcanzar hasta el 1,5 % de acidez, lo que evidencia una producción menos sofisticada.

La pureza del virgen extra se presume como la clave para posicionar al producto como la fuente más saludable de grasa para el ser humano.