Teófilo de Luis
Teófilo de Luis

Ojo con el plomo

Los datos del informe parece que cuestionan el impacto por envenenamiento en las poblaciones de aves, así como su repercusión en la población consumidora de carne de aves objeto de caza y su repercusión en el coeficiente intelectual de menores

Actualizada 11:21

Cartuchos de caza

Cartuchos de cazaPixabay

Según ciertas informaciones, la Comisión Europea estudia prohibir el uso de municiones de plomo en la caza en todo el territorio de la Unión. Para su entrada en vigor se contempla para munición utilizada en caza menor, un periodo de cinco años y para aquella en uso para caza mayor de dieciocho meses. Según los defensores de esta prohibición, ello evitaría daños a más de trece millones de personas que consumen carne de caza, evitaría la pérdida de capacidad intelectual de siete mil niños y el envenenamiento de 150 millones de aves.

No es la primera vez que este debate aflora como un riesgo para la práctica de la caza. Así fue con motivo de la transposición de una directiva sobre hábitat, momento el que en relación a humedales algunos defendimos que la prohibición solo afectara a humedales de especial protección.

Ante esta nueva situación conviene recordar las conclusiones de un informe elaborado entre 2016 y 2019 por profesionales de la Universidad Politécnica de Valencia y de la Universidad de Murcia que concluye que las concentraciones de plomo hepático en aves son muy bajas y que la probable ingesta de perdigones del medio es entre el 3 y el 3,8 por ciento. Los datos ofrecidos por el informe parece que cuestionan el impacto por envenenamiento en las poblaciones de aves, así como su repercusión en la población consumidora de carne de aves objeto de caza y su repercusión en el coeficiente intelectual de menores.

El peligro de contaminación por plomo en caza mayor sería muy remoto o imposible

En el caso de especies abatidas por munición de plomo en caza mayor se debe considerar que el plomo en muchos casos no queda en la res abatida y por ello se puede deducir que su capacidad de contaminar no existe y que nunca contaminará otras partes del animal distintas del lugar de impacto. Así por tanto el peligro de contaminación por plomo sería muy remoto o imposible.

Hoy no hay sustitución del plomo. Otras alternativas significarán un encarecimiento excesivo de la munición en el caso del bismuto y wolframio, y el acero representa un peligro por rebote y además sería menos letal para la muerte rápida del animal. Si se propusiese la medida que se estudia en Bruselas ello obligaría a la sustitución del armamento empleado en la caza, lo que sin lugar a duda implica un factor negativo a considerar.

«La actividad cinegética legal y ordenada contribuye a un adecuado equilibrio de los ecosistemas naturales, cultivos, montes y producciones ganaderas del medio rural, siendo fuente de empleo y riqueza y herramienta del desarrollo rural y de lucha contra la despoblación», según me contesta el ministro de Cultura y Deportes en el pleno del Congreso el 20 de febrero del 2019. Guirao Cabrera, continúa señalando que aporta 13 por ciento del PIB agroalimentario, 0.3 por ciento del PIB general y da empleo a 186.000 trabajadores. Así se puede entender que para el Gobierno y el Partido Socialista, la prohibición del plomo en la caza, debe ser un motivo de preocupación como también para otros grupos políticos que han asumido un compromiso con el sector.

En estas condiciones es deseable y necesario que desde los partidos políticos se olviden de enfrentamientos y se unan para evitar que se pueda adoptar esta prohibición que perjudicaría al interés general y no solo a los 300.000 federados de la Real Federación Española de Caza, los cazadores son muchos más.

  • Teófilo de Luis fue premio Carlos III de la Real Federación Española de Caza en 2003

Temas

comentarios
tracking