Juan Prados
Juan Prados

Más allá de la caza deportiva

El impacto de la actividad cinegética en la economía y sostenibilidad rural

Actualizada 04:30

Varios cazadores durante una jornada de caza en Castilla y León

Varios cazadores durante una jornada de caza en Castilla y LeónEuropa Press

El sector cinegético en España no solo representa una tradición arraigada en el mundo rural, sino que también es un motor económico fundamental que impulsa la actividad agrícola y ganadera, dinamiza el mercado de fincas rústicas y contribuye a la sostenibilidad del territorio. En este sentido, la caza es una actividad que fortalece la rentabilidad del suelo rural y genera oportunidades de inversión y empleo en zonas donde otras industrias tienen menor presencia.

Un sector clave para la economía rural

El 87 por ciento del territorio español está declarado como zona de aprovechamiento cinegético, lo que supone más de 43,8 millones de hectáreas repartidas en 32.817 cotos de caza, de acuerdo con el Anuario de Estadística Forestal 2022 publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).

En términos económicos, la caza genera un impacto anual de aproximadamente 6.475 millones de euros y más de 187.000 empleos directos e indirectos, de acuerdo con el Informe de Impacto Socioeconómico de la Caza en España elaborado por Deloitte para la Fundación Artemisan en 2018. Así, la inversión en caza impulsa el mantenimiento de fincas y hábitats naturales, al tiempo que dinamiza sectores como la hostelería, el turismo rural, la industria armamentística y la comercialización de productos agroganaderos.

El mismo estudio señala que los titulares de cotos de caza invierten 877 millones de euros anuales en su gestión, lo que equivale al 16 por ciento del gasto total del sector. Esta inversión no solo garantiza la conservación de los hábitats, sino que también genera empleo local y mantiene el valor de las fincas rústicas como activos estratégicos.

Un impacto positivo en la gestión de fincas agrícolas y ganaderas

Además de su valor económico y social, la caza es una herramienta clave en la gestión sostenible del territorio. La sobrepoblación de especies como el jabalí representa un riesgo significativo para los cultivos y la ganadería, además de actuar como potencial transmisor de enfermedades como la peste porcina africana.

Permitir la actividad cinegética facilita el control de la fauna silvestre

Para los propietarios de fincas rústicas, permitir la actividad cinegética facilita el control de la fauna silvestre, reduciendo los daños en la ganadería y la agricultura. Asimismo, ofrece una fuente de ingresos adicionales mediante la concesión de derechos de explotación cinegética, incrementando el valor de la finca y su rentabilidad a largo plazo.

Por otra parte, la caza contribuye a la revalorización de estos activos. La demanda de fincas con aprovechamiento cinegético ha crecido en los últimos años, especialmente en regiones como Castilla-La Mancha, Andalucía y Castilla y León, donde se concentra la mayor parte del territorio destinado a esta actividad.

Beneficios ambientales y sostenibilidad del sector

Lejos de ser una actividad meramente extractiva, la caza bien gestionada contribuye a la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad del medio rural. Las inversiones en cotos privados de caza garantizan el mantenimiento de los hábitats naturales, la reforestación y la gestión del agua, lo que repercute positivamente en el ecosistema.

Además, la actividad cinegética ayuda a prevenir la expansión de enfermedades en la fauna silvestre y a controlar poblaciones cuya sobreabundancia genera desequilibrios ecológicos. La sobrepoblación de ciervos y jabalíes, por ejemplo, ha llevado a la reversión de la prohibición de la caza en parques nacionales como Cabañeros y Monfragüe, donde su impacto estaba afectando a la biodiversidad y a la regeneración del bosque.

Aunque en ambos parques la caza deportiva está prohibida desde diciembre de 2020, tras la entrada en vigor de la Ley de Parques Nacionales de 2014, en Cabañeros se han autorizado acciones reguladas para gestionar la sobrepoblación de ciervos y jabalíes, mediante recechos y esperas, bajo supervisión de las autoridades ambientales y sin fines deportivos o comerciales. En el caso de Monfragüe, se ha establecido un plan de acción 2024-2025 que prevé la eliminación de ciervos y jabalíes, también mediante métodos controlados y sin fines comerciales.

Un sector esencial para el futuro del medio rural

El sector cinegético es un aliado clave para la rentabilidad de las fincas rústicas, la gestión de activos agrícolas y la conservación del medio natural. A pesar de las críticas, los datos muestran que la caza genera empleo, protege el ecosistema y mejora la gestión de los recursos rurales.

En un contexto de despoblación y cambios en los usos del suelo, integrar la caza en la gestión del territorio es una oportunidad para garantizar su viabilidad económica, su equilibrio ecológico y la conservación de la biodiversidad, contribuyendo al desarrollo sostenible del medio rural.

  • Juan Prados es CEO de Generandi y fundador de Fincalista

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