La Guardia Civil auxilia a una cría de corzo en Paradela (Lugo)

La Guardia Civil auxilia a una cría de corzo en Paradela (Lugo)GUARDIA CIVIL

La amenaza urbanita pone en peligro a las crías de corzo

Se trata de una especie muy adaptable que ha sabido colonizar tanto los espacios forestales como las zonas agrícolas

La expansión del corzo en España se topa con un problema impropio de su hábitat. Los efectos del aumento poblacional del cérvido se hacen más palpables en primavera, cuando se producen más nacimientos de estos individuos.

El momento vital de los ejemplares más jóvenes les exponen a permanecer tumbados en la hierba escondidos de sus depredadores, aunque no abandonados a su suerte. Las primeras semanas de vida, los corcinos son demasiado débiles para huir de las amenazas del entorno. Por ello se ocultan entre la hierba. Sus manchas blancas ayudan a que sean más miméticos. Periódicamente, las corzas, se acercan para darles de mamar, y limpiarles escrupulosamente, para que no emitan ningún olor que pueda atraer a sus enemigos.

La vigilancia de las madres es total; sin embargo, tal y como denuncia la Asociación del Corzo Español (ACE), el riesgo llega desde un predador ajeno al entorno rural y que se traslada al campo en busca de todo aquello que no encuentra en la ciudad. «La nula o escasa educación ambiental, la extracción urbana de estas personas, la influencia de la esencia plastificada y maniquea con que se les presentan los procesos naturales, hace que muchas de estas personas tengan reacciones bastante negativas ante hechos esenciales para la vida», indica la organización, que señala a la perjudicial acción humana sobre estos animales silvestres.

«Un número creciente de personas encuentra estos corcinos, con apariencia de desvalidos, aparentemente abandonados en el campo y, por ello, decidan cogerlos para cuidarlos (...) En el mejor de los casos, estos corcinos recogidos, se trasladarán a un centro de recuperación de fauna salvaje, donde, en la mayoría de los casos, carecen de la experiencia suficiente y de los mínimos protocolos veterinarios para llevar adelante a esta criatura, con lo cual su destino suele ser incierto», lamenta la ACE.

La Asociación destaca la dificultad de estos pequeños corzos para sobrevivir en cautividad, por lo que capturarles podría ser sinónimo de condenarles a una muerte más que probable: «Los pocos que lo logaran no son aptos para ser reintroducidos en la naturaleza, ya que se han habituado a los seres humanos y han perdido su instinto de defensa y huida. Además, los machos criados en cautividad son muy peligrosos para los humanos, por su condición de animales agresivos y territoriales, no dudando en atacar cuando alguna persona entra en su territorio».

Cartel del Proyecto Corcino 2025

Cartel del Proyecto Corcino 2025ACE

La llamada de atención de la ACE se produce después de 21 años de Proyecto Corcino, una iniciativa que busca informar a los diferentes colectivos que realizan actividades al aire libre para que entiendan la situación, el motivo por el que ese animal se encuentra allí, y lo que deben hacer en esta circunstancia. Y, sobre todo, que nunca se debe recoger a uno de estos animales.

«No se debe recoger, no está abandonado. Su madre siempre está cerca, observándolo, y le protege. No se debe tocar, ya que pueden impregnarse de nuestro olor y su madre puede abandonarlo. No permanecer en la zona, ya que de nuevo impregnamos el entorno de olor que la madre puede rehusar, y puede atraer a depredadores oportunistas, como el zorro», destaca la ACE.

La entidad ha apostado por centrar su esfuerzo en una campaña de redes sociales para llegar al público más joven, sin descuidar sus plataformas habituales, para reivindicar «la necesidad de la conservación, como eje central de la acción en el medio natural».

Temas

comentarios
tracking