España cumple y la tórtola sale de la moratoria
La UE estableció tres condiciones que debían darse para que la especie saliese de esta situación: que la tórtola presentase un aumento de la población durante, al menos, dos años consecutivos, el incremento de las tasas de supervivencia y la puesta en marcha de un sistema de seguimiento y control de capturas efectivo

(Foto de ARCHIVO) Ejemplar de tórtola europea (Streptopelia turtur).
Hace unas semanas, el comité NADEG, el grupo de expertos sobre las Directivas de Aves y Hábitats de la Comisión Europea, hacía pública una noticia que los cazadores españoles (y de gran parte de Europa) llevaban años esperando: la tórtola salía de la moratoria y podría volver a cazarse en la temporada 2025-26.
Se trata de un hito para el sector cinegético, ya que es la primera vez que una especie que había entrado en moratoria a gran escala veía revertida esta situación, y lo es doblemente porque, si la especie podrá volver a cazarse en España este año, es gracias a la revolución de la ciencia aplicada a la caza y al esfuerzo y compromiso de cazadores y gestores de cotos.
La tórtola es una especie migratoria cuyas poblaciones se han visto afectadas desde la década de 1970, principalmente por la pérdida de hábitat, entre otros factores, lo que llevó en 2018 a la Unión Europea a pedir a los Estados miembros que la caza se detuviera hasta que se pusiera en marcha un plan de caza adaptativa. Finalmente, la moratoria se aplicó a partir de 2021 en los países de la ruta migratoria occidental (al que pertenecen España, Francia, Portugal y parte de Italia).
No obstante, la UE estableció tres condiciones que debían darse para que la especie saliese de esta situación: que la tórtola presentase un aumento de la población durante, al menos, dos años consecutivos, el incremento de las tasas de supervivencia y la puesta en marcha de un sistema de seguimiento y control de capturas efectivo.El estudio ha supuesto un gran avance en el conocimiento de la especie y en su recuperación
Condiciones que se cumplen en España gracias al esfuerzo y compromiso de un sector cinegético que se ha volcado en la conservación, que ha seguido gestionando el hábitat aun cuando no se podía cazar, y que se está incorporando en tiempo récord al uso de nuevas tecnologías que permiten la obtención de datos de forma eficiente, garantizando el futuro de la caza.
De hecho, el comité NADEG destacó los esfuerzos realizados por países como Francia, Italia y, especialmente, España, cuya labor en materia de monitorización, regulación de capturas y mejora de hábitats orientados a la recuperación de la tórtola ha permitido dar luz verde a la reapertura de su caza, adjudicando a nuestro país más del 80 por ciento del cupo total asignado a la ruta migratoria del oeste.
El Proyecto PIRTE abrió las puertas a la recuperación de la caza de la tórtola
Prueba de ello fue la puesta en marcha, en el año 2019, antes de la declaración de la moratoria de la especie, del Plan Integral de Recuperación de la Tórtola Europea en Extremadura (PIRTE), un proyecto pionero puesto en marcha por Fundación Artemisan, con la colaboración de la Federación Extremeña de Caza y el apoyo de la Junta de Extremadura, que abrió las puertas a la recuperación de la caza de la tórtola.
Desde su inicio, el estudio ha supuesto un gran avance en el conocimiento de la especie y en su recuperación, implicando a cazadores y gestores en la monitorización de la especie para conocer el estado de sus poblaciones a través de censos y estaciones de escucha.
También dentro del PIRTE se puso en marcha un plan de gestión adaptativa que se adelantaba al levantamiento de la moratoria, que establecía que los cotos que quisieran realizar capturas tenían que estar inscritos en un inventario y demostrar que realizaban gestión de hábitat para favorecer a la especie. Ahora, con todo lo aprendido en el proyecto extremeño, se están desarrollando planes en otras comunidades autónomas que van a incluir a la tórtola en sus órdenes de veda.
A todo ello se sumó la puesta en marcha del Precinto Digital de Caza, una herramienta desarrollada por Fundación Artemisan junto al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), que se probó durante el desarrollo del PIRTE y de otros proyectos similares con muy buenos resultados y que se ha puesto ahora a disposición de las distintas administraciones regionales para posibilitar la recuperación de la caza de la tórtola y, en el futuro, garantizar la de otras especies, especialmente las aves migratorias como la codorniz o los zorzales.
Decisión no exenta de polémicas
La decisión de sacar a la tórtola de la moratoria no ha estado exenta de polémicas, destacando la contraposición de grupos animalistas contrarios a la caza, que apuestan por la prohibición total de su caza sin tener en cuenta no solo que no es la causa principal de su declive, como sí lo es la pérdida de hábitat, sino además que son los cazadores quienes se están dejando la piel para recuperar la especie y obtener datos reales que permitan conocer el estado de sus poblaciones y tomar las mejores decisiones de gestión.
Por otro lado, la puesta en marcha de registros electrónicos de capturas también ha generado incertidumbre, incluso dentro del propio sector cinegético, que tiene que adaptarse en tiempo récord a nuevos sistemas de recogida de datos que incluyen tecnologías que pueden resultar ajenas para algunos usuarios y que no en todos los casos se han puesto en marcha con la debida información y con criterios unificados.
No obstante, Fundación Artemisan recuerda que la implantación de estos sistemas de recogidas eran un requisito imprescindible marcado por la Unión Europea para poder cazar la tórtola y, sobre el Precinto Digital de Caza elaborado por la Fundación con el MAPA y que se va a utilizar en diversas comunidades autónomas, destaca que se trata de una herramienta diseñada desde el sector cinegético, preparada para utilizarse de manera sencilla, con todas las garantías para los usuarios, que contará con toda la información necesaria para que ningún cazador se quede atrás y que permitirá garantizar la caza de la tórtola y de otras especies en el futuro.
- Carlos Sánchez es coordinador adjunto de Investigación de la Fundación Artemisan