Ciencia
El telescopio espacial James Webb podría hallar rastros de vida alienígena
Un estudio aún no revisado por pares afirma que el aparato tiene potencial para detectar marcadores de habitabilidad en planetas con señales de contaminación atmosférica
Un estudio aún no revisado por pares publicado a principios de febrero ha sugerido la posibilidad de que el telescopio espacial James Webb pueda detectar vida o incluso señales de civilización extraterrestre avanzada en planetas externos al Sistema Solar.
El trabajo, firmado por hasta diez astrónomos vinculados a la NASA y otras universidades estadounidenses, afirma que el telescopio, lanzado el pasado 25 de diciembre, tiene el potencial para detectar marcadores de habitabilidad, así como firmas atmosféricas y superficiales de vida en otros planetas.
En concreto, el aparato podría utilizarse para detectar planetas con rastros de clorofluorocarbonos (CFC) en su atmósfera, dado que este tipo de gases de efecto invernadero constituyen un claro indicador de civilizaciones industrializadas. Los CFC constituyen un producto químico derivado del hidrocarburo que era usado como refrigerante y agente de limpieza y que es el responsable del agujero de la capa de ozono.
Partiendo de esta base, los autores explican que esas civilizaciones podrían haber dejado señales similares en otros planetas, lo que se conoce como tecnofirmas, que se diferencian de las biofirmas en que son detectables a través de medios astronómicos.
«Las tecnofirmas son una continuación lógica de la búsqueda de biofirmas, ya que ambas se basan en la historia de la vida y la tecnología en la Tierra como ejemplos de la evolución planetaria», explican los autores.
La proyección, no obstante, tiene también sus limitaciones. Aunque el equipo identifica TRAPPIST-1 –un sistema formado por varios planetas del tamaño de la Tierra que orbitan alrededor de una estrella enana roja situada a apenas 40 años luz– como un buen punto de partida para empezar a buscar vida, también admiten que la capacidad del nuevo telescopio para encontrar CFC puede enfrentarse a determinados obstáculos, como por ejemplo la posibilidad de que la luminosidad de la estrella sea tan brillante que pueda ahogar la señal.
Al mismo tiempo, también advierten de que el aparato tal vez tendría más éxito al observar estrellas de clase M, que son enanas rojas tenues y de larga vida, si bien no suelen ser propicias para el desarrollo (aunque si se ralentizan pueden llegar a ser más habitables).
No obstante, según el portal Universe Today, el telescopio sí que podría ver los CFC en los planetas de TRAPPIST-1, ya que la estrella tenue no ahogaría la firma de los clorofluorocarbonos de la misma manera que lo haría una estrella brillante, como nuestro Sol (que es de tipo G).
«En las próximas décadas habrá al menos dos de las tecnofirmas pasivas de la Tierra, las emisiones de radio y la contaminación atmosférica, que serán detectables por nuestra propia tecnología alrededor de la estrella más cercana», indica el equipo.
«Con el lanzamiento del telescopio James Webb, la humanidad puede estar muy cerca de un importante hito en la búsqueda de vida inteligente», remachan. No en vano, el aparato permitirá profundizar en el origen del cosmos y estudiar regiones del universo hoy por hoy inaccesibles.