La Estación Espacial Internacional capta dos luces extrañas sobre la Tierra
En el pasado estos acontecimientos se conocían a través de anécdotas que contaban aquellos que los presenciaban
El mes de septiembre, cuando la Estación Espacial Internacional pasaba por Europa, un astronauta se percató de un extraño suceso, un destello azul en forma de domo apareció de la nada. La verdad es que no trataba de un ovni, por lo que aún no podemos demostrar que existan, pero sí que se trataba de un suceso poco habitual. Se trataba de un rayo con una forma muy misteriosa.
El fenómeno lo detectó el astronauta francés Thomas Pesquet durante un lapso de tiempo. Al verlo lo capturó y lo compartió en sus redes sociales para que sus seguidores pudiesen ver los encantos de la naturaleza. Lo calificó como un «evento luminoso transitorio» (TLE), que es el nombre académico para llamar a los episodios de rayos de la atmósfera superior.
Que veamos estos destellos es muy poco probable. No obstante, aunque también suceda poco, las personas que están más acostumbradas a verlas son aquellas que trabajan de pilotos, bien en naves espaciales o en aviones.
En el pasado estos acontecimientos se conocían a través de anécdotas que contaban aquellos que los presenciaban.
Ahora, gracias al desarrollo de la NASA y la ESA en la ciencia y la tecnología hay herramientas suficientes para poder capturarlos, grabarlos y estudiarlos. Además, la Estación Espacial Internacional sobrevuela siempre el ecuador, donde se producen la mayor parte de estos fenómenos. El filmado por el astronauta francés apareció al sureste de Italia, posiblemente en Gracia o el Mar Mediterráneo
Tal y como ha explicado Meteored a veces, los TLEs pueden ser difíciles de distinguir, ya que todas las formas se derivan de fenómenos de descarga eléctrica y comparten muchas similitudes. El color es a menudo la mejor forma de diferenciarlos. Los sprites, por ejemplo, que son el tipo más común de TLE observado, conocidos por producir destellos de luz roja brillante.
En este evento luminoso se ha percibido un color azul, por lo que lo más probable es que se trate de un TLE conocido como jet azul. «Se trata de un tipo de descarga de nube a aire asociada con los rayos troposféricos. Los chorros comienzan dentro de las tormentas eléctricas y viajan hacia arriba, dando como resultado destellos azules brillantes que obtienen su color de la ionización del nitrógeno en la atmósfera», apuntan los expertos de Meteored.
El proceso de formación de chorros azules y otros TLEs a menudo ocurre en milisegundos, lo que los hace extremadamente difíciles de capturar. «A medida que crece nuestra comprensión de estos fenómenos, ahora sabemos que no se limitan solo a la Tierra, ya que también se han registrado en las nubes de Júpiter», concluyen.