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Recreación artística del objeto interestelar OumuamuaESO/M. Kornmesser

Espacio

Así es como podrían 'atraparse' los objetos cósmicos más misteriosos conocidos hasta la fecha

Un equipo de científicos publica un artículo en el que explican la manera de interceptar cuerpos interestelares como el extraño Oumuamua

«No es un asteroide, no es un cometa, entonces… ¿qué es?» Esto fue lo que se preguntaron los científicos cuando, en octubre de 2017, un astrónomo de la Universidad de Hawái detectó un extraño objeto que atravesaba el Sistema Solar y estaba a punto de abandonarlo. Por sus características, no coincidía con ninguno de los cuerpos celestes catalogados hasta la fecha. Y no solo eso: se trataba de la primera forma interestelar (es decir, procedente de otro sistema planetario) jamás hallada en el nuestro.

Tenía 200 metros (alrededor del tamaño de un campo de fútbol) y, según las teorías con mayor aceptación, estaba compuesto por nitrógeno congelado y objetos de hielo y piedra. Lo llamaron Oumuamua («mensajero llegado de lejos», en hawaiano) y solo dio tiempo a estudiarlo durante 11 días, porque tras millones de años de viaje, se encontraba ya en el umbral de salida de nuestro entorno. Tal fue el desconcierto que hubo quienes llegaron a pensar que se trataba de una nave extraterrestre (y no ufólogos, sino quienes los propios expertos que lo analizaban).

Fue el primer objeto interestelar descubierto, aunque no el último. Le siguieron un cometa, el Borisov, y dos meteoros. Pero a diferencia de Oumuamua, estos sí podían ser clasificados dentro de una categoría reconocible. En cualquier caso, aquello abrió una veda dentro de la exploración espacial que los científicos esperan que vaya ampliándose durante los próximos años y décadas, y algunos incluso ya han sugerido formas de llegar hasta ellos.

En un artículo publicado en el servidor ArXiv, un equipo encabezado por los astrofísicos Amir Siraj y Avi Loeb, dos de los mayores estudiosos de Oumuamua, afirman que telescopios como el Vera C. Rubin, actualmente en desarrollo, podrán llegar a detectar entre 1 y 10 objetos como el misterioso cuerpo por año en un futuro.

A la caza del objeto

Con esa base inicial, los científicos podrán cribar y escoger el blanco más idóneo para que una nave espacial ponga el punto de mira en él y consiga 'interceptarlo'. Esta nave, detallan, debería situarse en el punto L2 Lagrange, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra y donde también se encuentra apostado el enorme telescopio espacial James Webb (JWST). Es allí donde la NASA planea enviar también el llamado Observatorio Espectroscópico de Dominio de Tiempo, de 1,5 metros y mucho más rápido que el JWST a la hora de enfocar el objetivo al que la nave se dirigiría posteriormente.

La gesta será importante porque, al observar de cerca el objeto, se podrán recabar datos tan definitorios como los materiales de los que están hechos y otras propiedades que permitan clasificarlos. Según los científicos, hay un 85 % de posibilidades de que esto pueda lograrse en los próximos 10 años. Todo ello para averiguar si, como algunos han venido barruntando desde hace un lustro, los 'Oumuamua' del cosmos tienen realmente un origen 'alienígena'.