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Ilustración del núcleo interno de la TierraFlickr

Ciencia

¿Debe preocuparnos el 'frenazo' del núcleo interno de la Tierra?

La geofísica Beatriz Benjumea explica las consecuencias o repercusiones que supone el hallazgo realizado por la Universidad de Pekín

El estudio publicado este lunes por la Universidad de Pekín que apunta a posibles cambios o variaciones en la velocidad o incluso el sentido en el que gira el núcleo interno de la Tierra ha causado cierto asombro en el mundo científico y, más concretamente, en el de la geofísica, la rama que estudia el comportamiento de nuestro planeta desde una óptica basada en la física.

Según los investigadores Xiaodong Song y Yi Yang, las diferencias constatadas en el tiempo que tardan en llegar los efectos de las ondas sísmicas de un lugar a otro insinúan un cambio de ciclo cada 70 años aproximadamente. Un hallazgo que afianza la hipótesis de alteraciones en la rotación en detrimento de otra que señalaba a heterogeneidades entre el núcleo interno y externo para explicar este fenómeno. Pero vayamos a lo importante: ¿debe esto preocuparnos de una u otra forma a la gente de a pie?

La respuesta, señala la geofísica del Instituto Geológico Minero de España (IGME-CSIC) Beatriz Benjumea, es no. «Son cambios imperceptibles para nosotros, que únicamente suponen cambios de milisegundos en la duración del día que ocurren más o menos alrededor de cada siete décadas, el ciclo de tiempo en el que se han detectado estos cambios», explica en declaraciones a El Debate.

Alarmismo

Según enfatiza Benjumea, «las alarmas saltaron a raíz de que se dio a entender que era un problema del cambio climático», entre otras cosas por el aumento del nivel del mar o de la temperatura que se observa entre pico y pico de la rotación. Y aunque el artículo hace una ligera observación a la «influencia del CO2 antropogénico en ese ciclo», no se entra a profundizar porque se considera que nada tiene que ver con la acción humana.

En definitiva, destaca la experta, se trata de un trabajo «fascinante» desde el punto de vista científico, «en el sentido de que podemos ver algo que está ocurriendo en el interior de la Tierra y de lo que cada vez vamos a tener más datos». «Esto ya estaba sobre la mesa, hay estudios anteriores que ya habían observado los movimientos de las ondas, pero ahora falta ver qué tendencia tiene esa rotación y qué podemos ver desde la superficie. O bien saldrán hipótesis nuevas; esto es ciencia y nunca se sabe», resuelve.