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Un pedazo de uranio dentro de la cámara de Wilson, o de niebla, que permite ver la radiación que emite

La radiación sí se puede ver: la cámara que hace visibles las 'balas' que arrasaron Chernobyl

La cámara de Wilson o cámara de niebla es un instrumento científico que permite, gracias al vapor de agua, ver la radiación que emite el uranio

La radiación no es visible al ojo humano. Su invisibilidad precisamente fue un factor que jugó en contra de la humanidad en el desastre nuclear de Chernobyl. Aparte del gusto a metal y los efectos visibles que una gran exposición tiene en el cuerpo humano, tan solo los medidores Geiger pueden detectar ese mortal enemigo invisible en el aire. No obstante, la cámara de Wilson, también llamada cámara de niebla, es un instrumento científico que hace visible la radiación en un entorno controlado y en determinadas circunstancias. Y la imagen es tan hipnótica como esclarecedora.

En la serie Chernobyl de HBO, el científico Valeri Legasov compara la radiación con microscópicas partículas desatadas que se convierten en balas invisibles. Esas balas atraviesan y lo envenenan todo a su paso: metal, paredes y cualquier material biológico. Esas 'balas' atómicas son precisamente lo que nos permite ver la cámara de Wilson. En el vídeo a continuación, puedes apreciar la velocidad que toman esas partículas radiactivas de helio, formado por dos neutrones y dos protones.

El divulgador científico Operador Nuclear de Twitter, explica el proceso detrás de la tecnología que hace visible la radiación. El uranio es un emisor alfa, es decir, se desintegra emitiendo núcleos de helio, formado por dos neutrones y dos protones. La cámara Wilson detecta esas partículas de radiación ionizante. Se trata de una caja estanca que contiene vapor de agua subenfriado –con temperatura inferior a su punto de ebullición– y sobresaturado –con una humedad relativa mayor al 100%–. Este equilibrio es difícil de conseguir, incluso con el material científico.

Cuando una de esas partículas de helio interacciona con el vapor, lo ioniza. Los iones resultantes actúan como núcleos de condensación. Alrededor de ellos, se forman gotas de agua, que dan lugar a la niebla. Esa niebla permite que los iones que se van produciendo en el choque produzcan una estela que hace visible la trayectoria de las partículas radiactivas. En el vídeo, que dura 50 minutos, se puede apreciar la forma en la que la velocidad e intensidad de esas 'balas' disminuye conforme pasa el tiempo.