Un mechón de pelo revela que en la Edad de Bronce ya se consumían drogas
Los investigadores creen que estas plantas medicinales podrían haberse utilizado como parte de ceremonias rituales realizadas por un chamán
Un análisis de mechones de cabello humano procedentes de un enterramiento en Menorca, ha revelado que las antiguas civilizaciones humanas utilizaban plantas para crear drogas alucinógenas, según un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports.
Estos hallazgos son la primera evidencia directa del consumo de drogas en la antigüedad en Europa, que, según el estudio de los investigadores, podrían haberse utilizado como parte de ceremonias rituales, destacan los investigadores.
A pesar de este nuevo hallazgo, las pruebas anteriores del consumo prehistórico de drogas en Europa ya se tenían presentes, pero se basaban en indicios indirectos, como la detección de alcaloides del opio en recipientes de la Edad de Bronce, el hallazgo de restos de plantas narcóticas en contextos rituales y la aparición de plantas narcóticas en representaciones artísticas.
La investigadora de la Universidad de Valladolid Elisa Guerra-Doce y sus compañeros fueron los encargados de examinar mechones de pelo de la cueva de Es Càrritx, en Menorca, que fue ocupada por primera vez hace unos 3.600 años y contenía una cámara utilizada como espacio funerario hasta hace unos 2.800 años.
Las investigaciones anteriores sugirieron que en estas cámaras se enterraron alrededor de 210 individuos. En los rituales posteriores a la muerte se teñían de rojo los cabellos, se peinaban y se cortaban mechones para ponerlos en tubos cilíndricos de madera con tapa. Investigaciones previas sugieren que se enterraron a unos 210 individuos, pero solo algunos fueron sometidos a aquella práctica.
Los tubos se escondieron en una fosa excavada y sellada en una zona recóndita de la cueva. Cuando los investigadores lo encontraron y fueron a analizarlo utilizaron cromatografía líquida de ultra alta resolución y espectroscopia de masas de alta resolución para detectar la presencia de los alcaloides atropina, escopolamina y efedrina.
La atropina y la escopolamina se encuentran de forma natural en la familia de las solanáceas y pueden provocar delirios, alucinaciones y alteraciones de la percepción sensorial. La efedrina es un estimulante derivado de ciertas especies de arbustos y pinos, que puede aumentar la excitación, el estado de alerta y la actividad física. Los autores detectaron escopolamina, efedrina y atropina en tres muestras de pelo replicadas.
Los autores sugieren que la presencia de estos alcaloides puede deberse al consumo de algunas plantas de las solanáceas, como la mandrágora (Mandragora autumnalis), el beleño (Hyoscyamus albus) o el manzano espinoso (Datura stramonium), y el pino piñonero (Ephedra fragilis).
Los investigadores creen que estas plantas medicinales podrían haberse utilizado como parte de ceremonias rituales dirigidas por el chamán. De hecho, según detallan los expertos, los círculos concéntricos de los recipientes de madera podrían representar ojos y ser una metáfora de la visión interior relacionada con un estado alterado de conciencia inducido por las drogas.
Debido a los cambios culturales que se produjeron hace unos 2.800 años, los autores especulan con la posibilidad de que los recipientes de madera se sellaran en la cámara de la cueva para preservar estas antiguas tradiciones.