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El globo terráqueo, visto desde la exosferaPixabay

Graban extraños sonidos en la atmósfera sin que se pueda determinar su origen

Se cree que podrían ser una variedad de turbulencia atmosférica sin identificar u otros ecos de la superficie terrestre que se hayan distorsionado hasta volverse irreconocibles

Situada entre la troposfera (0-12 km) y la mesosfera (50-80 km), la estratosfera es la segunda de las cinco capas atmosféricas y el lugar donde un equipo de investigadores de los Laboratorios Nacionales Sandia, en Nuevo México (EE.UU.), ha detectado una serie de sonidos cuyo origen no han podido determinar con precisión. Concretamente, las grabaciones se han registrado a 21.000 metros de altura.

A esa elevación, las emisiones acústicas que pueden captarse mediante instrumentos especializados son conocidos como infrasonidos e incluyen truenos, aviones, olas, el bullicio de las ciudades y ruido de tráfico y transporte; todo ello a una frecuencia muy baja e imperceptible para el oído humano. Sin embargo, algunos de esos infrasonidos no consiguieron ser identificados por los globos enviados por los investigadores, quienes presentaron las conclusiones de sus pesquisas la semana pasada en el 184º Congreso de la Sociedad Acústica de América en Chicago (EE.UU.).

En total, David Bowman, líder del equipo, y sus colegas han enviado 50 globos desde 2016 para tomar muestras de los sonidos estratosféricos, que son grabados mediante microbarómetros, un tipo de instrumento capaz de registrar más frecuencias que los micrófonos convencionales e idóneo, por tanto, para captar los infrasonidos. Tras eso, los datos recabados se contrastaron con los de los GPS que llevaban incorporados para determinar su origen. Y todo ello a un muy bajo coste, dados los sencillos materiales de los que están hechos y su capacidad de recorrido de varios kilómetros.

«En la estratosfera hemos encontrado señales de infrasonidos que han sido registradas con una frecuencia de unas cuantas veces por hora en algunos vuelos, pero la fuente de esos sonidos es completamente desconocida», explicó Bowman, cuyo equipo maneja, no obstante, algunas teorías, como que sean una variedad de turbulencia atmosférica sin identificar o bien ecos de la superficie terrestre que se hayan distorsionado hasta tornarse irreconocibles.

Pese a todo, el grosor de los trabajos del equipo no se centra tanto en el misterioso origen de los sonidos como en los futuros usos que podrían darle a los globos. «Nuestro trabajo tiene implicaciones para el estudio de explosiones, erupciones volcánicas y otros fenómenos en regiones remotas de la Tierra (…). También abre la puerta al uso de detectores sismológicos a bordo de balones para estudiar la sismología de Venus», dijo Bowman.