Los humanos del actual Madrid usaban fuego 50.000 años antes de lo que se pensaba
Hasta ahora se pensaba que el ser humano había aprendido a crear llamas hace 200.000 años
Uno de los primeros grupos de humanos de Europa, moradores del yacimiento arqueológico de Valdocarros (en el actual municipio madrileño de Arganda del Rey), eran capaces de hacer fuego hace 250.000 años, 50.000 antes de lo que se creía hasta ahora.
Según un estudio publicado en Nature, firmado por la universidad escocesa Heriot-Watt y científicos de la Universidad Complutense de Madrid, los humanos de ese lugar usaban las llamas para cocinar, calentarse e incluso como defensa ante los animales salvajes.
Por medio de procedimientos y análisis químicos, los investigadores han «encontrado evidencias definitivas de que algunos objetos [madera, huesos] quemados se organizaron conforme a un patrón, lo que sugiere que los humanos fueron quienes produjeron y controlaron el fuego», tal y como apunta Clayton Magill, profesor de la universidad escocesa, quien ha trabajado junto a los investigadores españoles Susana Rubio-Jara y Joaquín Panera, de la Universidad Complutense de Madrid. «La organización espacial del fuego nos explica que rodeaba algo: una casa, una zona para dormir, un comedor o una cocina o un recinto para ganado», añade.
En ese sentido, el hallazgo también ayuda a entender cómo los humanos controlaron el fuego, un descubrimiento que ayudó a su desarrollo. «Es importante porque nuestra especie se caracteriza por el manejo del fuego. Poder cocinar para alimentar nuestro cerebro es una de las claves que han permitido una evolución exitosa. El fuego, además, proporciona protección e impulsa la comunicación y la conexión familiar. Y ahora sabemos de forma incontrovertible que los humanos podían producir fuego -encenderlo y apagarlo- 50.000 años antes de lo que se sospechaba».
Los investigadores dicen que su hallazgo «se parece mucho a una hoguera estructurada, con evidencia de un hogar de unos 10 m² formado por madera de pino dispuesto en un círculo y probablemente hogares más pequeños ubicados en el área para proteger a los homínidos de posibles depredadores».
En cuanto a sus posibles usos, los investigadores citan dos. Por un lado, la defensa del campamento, ya que «hienas y zorros se asustan con el fuego y los homínidos podrían haber utilizado el fuego para mantenerlos alejados. Los hogares de Valdocarros II probablemente sirvieron como defensa frente a amenazas externas».
El otro uso es la cocina, respecto a la que dicen que el fuego pudo emplearse también para neutralizar las toxinas de los alimentos. «El asado [de los alimentos] puede tener un efecto conservante para minimizar la digestión oral de la carga bacteriana y parasitaria de la carne, facilitar la digestión y la absorción de nutrientes».