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Cráneo y recreación por ordenador del Homo naledi

Los homínidos del sur de África ya enterraban a sus muertos con símbolos mucho antes que los humanos

El hallazgo en una cueva de huesos posiblemente sepultados hace 300.000 años dan un vuelco a una práctica hasta ahora atribuida únicamente al Homo sapiens

Los enterramientos funerarios deliberados, una práctica que hasta ahora se atribuía únicamente al Homo sapiens, podría haber sido habitual también en otros eslabones previos.

El hallazgo de restos óseos de hace 300.000 años de la especie Homo naledi, un homínido que vivió en el sur de África hace entre 335.000 y 236.000 años (el H. sapiens es de hace unos 200.000), ha dado un vuelco a las creencias sobre el desarrollo antropológico de los humanos modernos, de los que se teorizaba que concibieron estos ritos conforme el desarrollo de creencias, culturas y simbolismos se fue arraigando.

Dicho descubrimiento fue realizado en 2013 en el sistema de cuevas Rising Star de Sudáfrica. En total, fueron 1.500 los huesos allí encontrados. Diez años después, el paleontólogo Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand y director de las excavaciones, resalta en un comunicado del Museo de Historia Nacional de Londres que «estos hallazgos recientes sugieren entierros intencionales, el uso de símbolos y actividades de creación de significado por parte de Homo naledi».

Los indicios recabados por Berger y su equipo plantean, por tanto, otras preguntas: si H. naledi ya realizaba enterramientos, ¿lo hacían también otros eslabones incluso más antiguos, como el Homo erectus, el Antecessor o el Heidelbergensis? ¿O fue un comportamiento adoptado de forma independiente por la especie sudafricana?

«Parece una conclusión inevitable que esta especie de parientes humanos antiguos de cerebro pequeño estaba realizando prácticas complejas relacionadas con la muerte. Eso significaría que los humanos no solo no son únicos en el desarrollo de prácticas simbólicas, sino que es posible que ni siquiera hayan inventado tales comportamientos», señala Berger al respecto.

En las nuevas investigaciones, publicadas en el repositorio bioRxiv, los investigadores afirman que los humanos antiguos no solo colocaron intencionalmente los cuerpos dentro de la cueva, sino que en realidad enterraron algunos de los restos en agujeros poco profundos. Y argumentan, por otra parte, que una serie de marcas en las paredes de la cueva mostraban que estos humanos antiguos estaban grabando las paredes de la cueva.

Almacenamientos de caché funerario

Lo que define un entierro es sorprendentemente ambiguo. Por lo general, el término se refiere a un espacio que se ha creado deliberadamente –por ejemplo, excavando el suelo– para formar una depresión o un agujero dentro del cual colocar un cuerpo antes de cubrirlo. Pero existe también otro proceso, conocido como «almacenamiento en caché funerario», por el cual se aprovechan huecos o depresiones naturales, como cuevas o zanjas, y se depositan los restos en su interior. Este tipo de prácticas son mucho más difíciles de discernir del registro fósil, ya que se han encontrado numerosos ejemplos de restos de homínidos y animales en cuevas. Pero cómo se interpretan estos descubrimientos es asunto de debate entre los científicos.

En el caso de H. naledi, los investigadores argumentan que uno de los esqueletos encontrados estaba en una depresión que tiene líneas claras de «corte» alrededor de su borde, lo que indica que era un agujero que había sido excavado y rellenado. En cuanto a su postura, los restos óseos se encontraban en una posición agachada y sosteniendo una herramienta de piedra. El hecho de que estos ancestros hubieran realizado efectivamente un entierro deliberado implicaría una serie de comportamientos complejos que podrían obedecer incluso a un motivo cultural.