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David Charles Grusch en una entrevista y un FANIEl Debate

Dos oficiales de inteligencia aseguran que EE.UU. y otros países guardan en secreto naves extraterrestres

Aseguran que estos artefactos llevan décadas siendo recuperados y, en algunos casos, están «intactos»

EE.UU. y, posiblemente, también otros países guardarían en secreto tecnología espacial de origen extraterrestre «intacta o parcialmente intacta» y llevarían años ocultándole al mundo su existencia.

Las afirmaciones, verbalizadas en los últimos días en entrevistas a medios de comunicación como The Debrief o News Nation Now, proceden de dos funcionarios de inteligencia que aseguran tener información al respecto.

La principal voz es la de David Charles Grusch, quien trabajó entre 2019 y 2022 en programas de reconocimiento de Fenómenos Aéreos No Identificados (FANI; anteriormente conocidos como ‘ovnis’) de dos organismos del Departamento de Defensa de EE.UU.: la Agencia Nacional Geoespacial y de Inteligencia (NGA) y la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO).

Grusch, de 36 años y excombatiente en Afganistán, dejó su trabajo en el Gobierno en abril tras 14 años de servicio para aportar información sin presión ni represalias y, en última instancia, conseguir con ello que el Ejecutivo rinda cuentas al respecto.

En sus entrevistas, el militar afirmó que EE.UU. y los contratistas del Departamento de Defensa llevan décadas recuperando fragmentos, y en algunos casos, naves enteras de tecnología que, tras analizarla, confirmaría un «origen exótico», o lo que es lo mismo, de «inteligencia no humana, ya sea extraterrestre o de origen desconocido». Dicha evaluación, detalla, «se basa en las morfologías del vehículo, las pruebas científicas de materiales, la posesión de arreglos atómicos únicos y firmas radiológicas».

Con la intención de dotar de transparencia a este tipo de hallazgos, Grusch comenzó en 2021 a proporcionar información sobre los supuestos programas de recuperación de objetos al Congreso. Sin embargo, y a pesar del anonimato bajo el que lo hizo, fuentes de inteligencia descubrieron su identidad y le sometieron a una serie de represalias que no desvela «para no entorpecer la investigación en curso». Además, gran parte de esa información también fue «ilegalmente retirada» del Congreso, razón por la que ha interpuesto una queja.

Junto a Grusch, Jonathan Grey, nombre en clave de un funcionario de inteligencia en el Centro Nacional de Inteligencia Aérea y Espacial (Nasic), la unidad del Ejército encargada de analizar los recursos militares extranjeros, corroboró la existencia de «materiales exóticos» recuperados no solo por EE.UU. sino también por otros actores de la comunidad internacional.

«El fenómeno de la inteligencia no humana es real. No estamos solos», dijo. «Las recuperaciones de este tipo no se limitan solo a los EE.UU. Es un fenómeno global y, sin embargo, una solución global sigue eludiéndonos».

Para comprobar la veracidad del relato de Grusch y Grey, The Debrief habló con algunos antiguos colegas del primero.

Karl E. Nell, un coronel retirado del Ejército, dijo de Grusch que estaba «fuera de todo reproche», mientras que un informe de desempeño de la NRO fechado en 2021 y consultado por The Debrief describió al exfuncionario como «un estratega y oficial experto del Estado mayor», así como un «integrador de fuerza total con soluciones innovadoras y resultados procesables».

«Su afirmación acerca de la existencia de una carrera armamentista terrestre desarrollada durante los últimos 80 años y enfocada en tecnologías de ingeniería inversa de origen desconocido es fundamentalmente correcta, como lo es la constatación indiscutible de que al menos algunas de estas tecnologías de origen desconocido derivan de tecnologías de inteligencia no humana», dijo Nell, que trabajó con Grusch en una unidad de resolución de FANI.

Tecnología peligrosa

Tanto Grusch como Grey sostienen que durante décadas EE.UU. ocultó su existencia para evitar que otros países intentaran hacerse con una tecnología desconocida y potencialmente peligrosa, un secretismo que resultó lógico durante mucho tiempo. «Sin embargo, ya no es necesario seguir negando que estas tecnologías avanzadas derivadas de la inteligencia no humana existan o hayan aterrizado, estrellado o caído en manos humanas», valora Grey, que espera que un cambio de planteamiento al respecto allane el camino hacia un debate «mucho más amplio».

Por su parte, Nick Pope, que trabajó en la década de 1990 investigando ovnis para el Ministerio de Defensa británico, calificó las afirmaciones de ambos oficiales como «muy significativas» en declaraciones a The Guardian.

«Una cosa es contar historias en los blogs de conspiración, pero esto lo lleva al siguiente nivel, con información privilegiada genuina saliendo a la luz», dijo.

En este sentido, Pope recordó que «cuando estas personas presentan estas denuncias formales, lo hacen a sabiendas de que si hacen una declaración falsa a conciencia están sujetas a una multa considerable y/o prisión». «La gente dice: 'Oh, la gente inventa historias todo el tiempo'. Pero creo que es muy diferente ir ante el Congreso y ante el Inspector General de la Comunidad de Inteligencia y hacer eso, porque habrá consecuencias si se descubre que no es cierto», razonó.

En cuanto a su papel en aquellas investigaciones para el Reino Unido, señaló que «algunos casos fueron intrigantes, pero no teníamos una nave espacial en un hangar en ninguna parte. Y si la teníamos, no me lo dijeron».

Para Pope, las afirmaciones de Grusch «deben verse como parte de un rompecabezas más amplio. Y creo que, suponiendo que sea cierto, nos acerca más que nunca al corazón mismo» de la presunta existencia de ovnis.

Conversaciones con funcionarios

En sus entrevistas, Grusch no dice que haya visto personalmente las supuestas naves ni dónde pueden estar almacenadas, pero sí que sostiene que su conocimiento se basa en «extensas conversaciones con funcionarios de inteligencia de alto nivel». «Grusch dijo que las operaciones de recuperación de vehículos están en curso en varios niveles de actividad y que conoce a las personas concretas, actuales y anteriores, que están involucradas en ellos», apunta The Debrief.

Preguntado también por The Guardian, David Spergel, presidente del equipo de estudio de FANI de la NASA, dijo que no conocía a Grusch ni tenía conocimiento de sus aseveraciones.

Las afirmaciones del exmilitar se enmarcan en un contexto de repunte del interés por los FANI, con la creación de una oficina específica para su estudio dentro del Departamento de Defensa −la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios−, de una comisión en el Congreso para esclarecer su naturaleza y de una ley promulgada por Joe Biden el pasado diciembre para proteger jurídicamente a los llamados whistleblowers o alertadores en su revelación de información secreta al Congreso. Por ahora, la NASA ha insistido en que no cuenta con evidencia de que ninguno de los cientos de fenómenos analizados sea de origen extraterrestre, aunque sí que admite que no ha logrado identificar algunos de ellos.

A mediados de mayo, un renombrado académico y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, Garry Nolan, realizó afirmaciones similares a las de Grusch y Grey durante una sesión en un ciclo de conferencias en Nueva York. Con su paso adelante, Grusch espera que otros oficiales como él también salgan a la luz y proporcionen la información que tengan al respecto.