Entrevista
Ernesto Zarco, jefe de Submarinos del Estado Mayor de la Armada: «El rescate no es imposible, pero sí muy complicado»
El capitán de navío cree que, si el vehículo hubiera emergido a la superficie, «habría sido encontrado ya»
Horas de angustia y esfuerzo por encontrar con vida a los tripulantes del sumergible turístico desaparecido el pasado domingo cuando descendía al pecio del Titanic. A apenas un día de que se agoten las 96 horas de soporte vital con las que cuenta el batiscafo, y en medio de una exhaustiva búsqueda por mar y aire para dar con él, el capitán de navío y jefe del Área de Submarinos del Estado Mayor de la Armada, Ernesto Zarco Gil, analiza la situación para El Debate.
–¿Qué es lo que puede haber pasado?
–Me cuesta especular. Nadie sabe lo que ha pasado hasta que no se encuentre el pecio y, en el mejor de los casos, los supervivientes puedan explicar qué es lo que ocurrió. Si no, habrá que realizar una investigación. Pero aquí las hipótesis van de una vía de agua que lo hundió, un enganche en el pecio, un fallo en el lastre… Puede haber mil causas, teniendo en cuenta que un batiscafo de estas características hace su trabajo en un medio muy hostil. Estamos hablando de que a 4.000 metros de profundidad estás soportando una presión de 400 kilos, es decir, una atmósfera 400 veces superior a la que estamos soportando nosotros en la superficie, y, por lo tanto, los sistemas pueden fallar. Hasta que no haya un análisis de los expertos, no se puede determinar.
–¿Es algo atípico que fallen estos sistemas?
–No soy un experto en vehículos comerciales, lo que sí está claro es que una actividad tan peligrosa tiene que mantener comunicaciones en todo momento con la superficie. Estos submarinos tienen una libertad de movimientos no demasiado grande, pero la tienen, por lo que no llevan un umbilical unido al buque nodriza. Por tanto, no es habitual perder las comunicaciones, y si se pierden, hay un protocolo perfectamente establecido por el cual tiene que haber una serie de reacciones, incluyendo emerger a la superficie, en caso de perder la comunicación.
–En caso de haber subido a la superficie, ¿habría sido avistado ya?
–Como está trabajando con un buque nodriza, si sube a superficie el radio de incertidumbre en el que se puede encontrar ese sumergible es relativamente pequeño, y yo creo que se hubiera encontrado ya probablemente. Aparte, hay que tener en cuenta que la comunidad internacional está apoyando esa búsqueda y ha puesto medios aéreos para dar con él.
–¿Cuáles cree que son las probabilidades de rescate?
–El rescate es extremadamente complicado. En el caso de que se haya hundido, que es lo más probable y lo que considera la comunidad internacional, estamos hablando de casi 4.000 metros de profundidad. Un rescate a esa profundidad no es imposible, pero sí muy complicado. Lo que sí puedo decir es que hay medios para poder izar ese submarino hasta la superficie, pero es muy difícil. Para encontrarlo se suele necesitar un vehículo operado remotamente que sí que va unido a la nave nodriza, pero no tripulado, y que tiene la capacidad incluso de llevar uno o dos brazos articulados para, si fuera necesario, enganchar un cable para llevarlo hacia la superficie.