Así afecta al sistema inmunitario de los astronautas estar en el espacio
Estos resultados pueden allanar el camino para nuevos tratamientos que reviertan estos cambios en el programa genético de las células inmunitarias
Un grupo de investigadores del Instituto Karolinska de Suecia ha estudiado cómo la ingravidez de los astronautas en el espacio afecta a las células T del sistema inmunitario. Los resultados, publicados en la revista Science Advances, podrían explicar por qué las células T de los astronautas se vuelven menos activas y menos eficaces en la lucha contra las infecciones.
Estas investigaciones son muy importantes para las personas que viajan al espacio, puesto que es un entorno extremadamente hostil que plantea amenazas para la salud humana. De hecho, asegura la revista, los próximos pasos en la exploración del espacio son las misiones humanas a la Luna y a Marte.
Una de estas amenazas son los cambios en el sistema inmunitario que se producen en los astronautas durante su estancia en el espacio y que persisten tras su regreso a la Tierra. Esta inmunodeficiencia puede hacerles más vulnerables a las infecciones y provocar la reactivación de virus latentes en el organismo.
Para que los astronautas puedan llevar a cabo misiones espaciales seguras, primero hay que entender cómo se ve afectado su sistema inmunitario e intentar «encontrar formas de contrarrestar los cambios perjudiciales que sufre», afirma Lisa Westerberg, líder del estudio e investigadora principal del Departamento de Microbiología, Tumores y Biología Celular del Instituto Karolinska.
Gracias a la ciencia los expertos han podido investigar qué les ocurre a las células T, que son un componente clave del sistema inmunitario, cuando se exponen a situaciones de ingravidez, estado al que se someten los astronautas cuando viajan de misión al espacio.
En el estudio han intentado simular la ingravidez espacial mediante un método denominado inmersión en seco. Se trata de una cama de agua hecha a medida que engaña al cuerpo haciéndole creer que se encuentra en un estado de ingravidez.
Peligros de la ingravidez
Los investigadores examinaron las células T en la sangre de ocho individuos sanos durante tres semanas de exposición a la ingravidez simulada. La extracción de la sangre se realizó antes del inicio del experimento, a los siete, 14 y 21 días del inicio, y a los siete días de finalizar el experimento descubrieron que las células T cambiaban significativamente su expresión génica, es decir, qué genes estaban activos y cuáles no, tras siete y 14 días de ingravidez y que las células se volvían más inmaduras en su programa genético. El mayor efecto se observó a los 14 días.
Al hilo, Carlos Gallardo Dodd, estudiante de doctorado del Departamento de Microbiología, Tumores y Biología Celular del Instituto Karolinska y primer autor del estudio, apunta que «las células T empezaron a parecerse más a las llamadas células T ingenuas», que aún no se han encontrado con ningún intruso. Esto supone un gran avance, ya que podría significar que tardan más en activarse y, por tanto, «son menos eficaces para luchar contra las células tumorales y las infecciones».
Estos resultados, comenta el autor de la investigación, pueden allanar el camino para nuevos tratamientos que reviertan estos cambios en el programa genético de las células inmunitarias»,
Al cabo de 21 días, las células T habían «adaptado» su expresión génica a la ingravidez, de modo que casi había vuelto a la normalidad, pero los análisis realizados siete días después de finalizado el experimento mostraron que las células habían recuperado algunos de los cambios.
Los investigadores planean ahora utilizar la plataforma de cohetes de sondeo del Centro Espacial Esrange en Kiruna (Suecia) para estudiar cómo se comportan las células T en condiciones de ingravidez y cómo se ve afectada su función.