India reivindica su «derecho» a poner nombres a zonas de la Luna tras conquistar su polo sur
El país anunció este fin de semana que bautizaría como 'Shiv Shakti' al lugar donde su nave Chandrayaan-3 alunizó el pasado miércoles
La historia de la exploración está marcada por una costumbre tan antigua como la propia naturaleza humana: quien descubre un lugar, ya sea un individuo o un colectivo, elige su nombre.
Ese ritual, que desde hace siglos se aplica no solo en la Tierra, sino también en el espacio exterior, ha incorporado en los últimos días una nueva denominación: 'Shiv Shakti', la unión de dos de las principales deidades en la religión hindú.
Tras su histórica llegada al polo sur lunar el pasado miércoles, el primer ministro indio, Narendra Modi, anunció el fin de semana que nombraría así al lugar donde su nave Chandrayaan-3 alunizó a menos de 5 km/h y tras una travesía de cinco semanas, convirtiéndose en la primera del mundo en llegar a una región clave para la futura conquista del espacio.
No es el primer nombre indio que se pone a un lugar del satélite, recordó el jefe de la agencia espacial, Sreedhara Somanat, y es por ello que, al igual que han hecho otros países -también el suyo-, la nación sudasiática tiene «todo el derecho» a bautizar la ubicación donde se posó su nave. Acogiéndose a esa misma legitimidad, de hecho, también llamarán 'Tiranga' (en referencia a la bandera tricolor indiai) al enclave donde Chandrayaan-2, predecesora de la nave que ha logrado el hito, se estrelló en 2019.
Arbitraje
Desde 1919, la nomenclatura del espacio exterior recae sobre la Unión Astronómica Internacional (UAI), una organización científica internacional que cuenta al país asiático entre sus miembros, y nacida con la misión de poner fin al «caos» en los nombres de la Luna y Marte.
El organismo, recoge Efe, cuenta con un grupo de trabajo que aprueba oficialmente los nombres de elementos de la superficie de planetas u otros astros, siguiendo un proceso por el que científicos envían y justifican sus sugerencias. A pesar de este procedimiento, países como EE.UU. o la extinta URSS no dudaron en nombrar partes de la Luna a medida que avanzaba la carrera espacial en la segunda mitad del pasado siglo.
En este sentido, el científico Paul D. Spudis recordó en un artículo, publicado en la revista Smithsonian en 2012, la práctica de organizaciones como la NASA de nombrar «informalmente» zonas en la Luna durante el Programa Apolo. Muchos de estos nombres fueron luego reconocidos por la UAI, explicó entonces Spudis.