OSIRIS-REx EE.UU. recibirá este domingo muestras de un asteroide que podría impactar contra la Tierra en el futuro
Tras dos años de viaje y siete de misión, la sonda OSIRIS-REx dejará caer 250 gramos de roca y suelo del objeto espacial Bennu en su aproximación a la Tierra
Los científicos esperan obtener respuestas sobre el origen de la vida y del sistema solar gracias a su estudio
La primera muestra jamás extraída por un vehículo espacial de un asteroide llegará al Campo de Pruebas y Entrenamiento de Utah, una base militar en el desierto estadounidense, en la tarde (horario peninsular) de este domingo.
Tras dos años y medio de viaje y siete desde que comenzó su misión en 2016, la sonda OSIRIS-REx (sigas inglesas de «Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos, Explorador de Seguridad del Regolito») concluirá poco antes de las 17 horas (11 en el este de EE.UU.) la primera parte de su particular odisea antes de poner rumbo a otro asteroide.
Dentro transporta una cápsula con 250 gramos de rocas y polvo de Bennu, un objeto espacial de 500 metros de ancho clasificado como potencialmente peligroso por la pequeña posibilidad (una entre 2.700, según las estimaciones más recientes) de que impacte contra la Tierra en el último tercio del próximo siglo. OSIRIS-REx llegó a su órbita en 2018, y tras dos años de exploración y estudio de su superficie para elegir el mejor lugar para realizar la extracción, comenzó la operación en octubre de 2020.
Según informa la NASA, impulsora de la misión, se espera que la sonda suelte la cápsula a las 10.42 hora local (16.42 en la Península) y ésta ingrese en la atmósfera a una velocidad de 44.500 km/h. Poco a poco la irá aminorando, y 13 minutos después, si todo va según lo previsto, tocará tierra en el Campo de Pruebas y Entrenamiento de Utah –que ya ha sido escenario de operaciones similares en el pasado– a solo 17,7 km/h.
Tras ser puesta bajo custodia y posteriormente trasladada al Centro Espacial Johnson de Houston, los científicos pasarán los próximos dos años estudiando su composición. A la postre será dividida y enviada a laboratorios de otros socios de la NASA, pero el 70 %, informa CNN, permanecerá en Houston con el fin de que pueda seguir siendo analizada con mejor tecnología en el futuro.
El interés de analizar la estructura y el material del que está compuesto Bennu es doble: por un lado, puede servir para trazar planes de prevención en caso de que suponga una amenaza real dentro de 160 años. Por el otro, los científicos creen que puede aportar pistas sobre el origen de la vida en la Tierra y del sistema solar.
En ese sentido, todo apunta a que los miles de asteroides de carbono que se estrellaron contra nuestro planeta cuando este acababa de nacer fueron claves para el eventual surgimiento de la vida por todos los elementos químicos que aportaron en sus impactos. «Buscamos pistas que expliquen por qué la Tierra es un mundo habitable, esta rara joya del espacio exterior que tiene océanos y una atmósfera protectora», explica a CNN Dante Lauretta, investigador principal de la misión en la Universidad de Arizona.
Durante sus tres años de estudio (de 2018, cuando llegó, a 2021, cuando concluyó la recolección de la muestra y puso de nuevo rumbo a la Tierra), OSIRIS-REx descubrió que Bennu contiene hielo y que está formado por partículas unidas por la fuerza gravitatoria, lo que hacía que su superficie fuese similar a la de una piscina de bolas.
Con su análisis en tierra, los científicos obtendrán más detalles al respecto. La OSIRIS-REx, por su parte, continuará su periplo espacial en dirección a Apofis, otro asteroide, al que llegará en 2029. La sonda pasará a llamarse OSIRIS-APEx (OSIRIS-Explorador de Apofis), pero el objetivo será el mismo que con Bennu: recolectar muestras y traerlas de vuelta a casa.