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Los taikonautas Gui Haichao y Zhu Yangzhu encienden una vela en la estación TiangongCMSA

Astronautas chinos realizan un experimento impensable en la Estación Espacial Internacional

Los taikonautas Gui Haichao y Zhu Yangzhu encendieron una llama en la estación Tiangong, algo prohibido en su análoga 'internacional'

Un incendio en la estación espacial Mir en 1997, el más grave ocurrido hasta entonces en una nave en órbita, sirvió de lección para que EE.UU., Canadá, Japón, Rusia y Europa marcaran los límites de los experimentos que podrían realizarse a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), que sería lanzada un año más tarde y puesta en funcionamiento a partir del 2000.

Una de esas prohibiciones tajantes, la de no encender una llama fuera de la instalación específicamente diseñada para tal fin, fue obviada el pasado 21 de septiembre. Pero no en la EEI, donde todavía rige, sino en la estación Tiangong, su análoga china.

Gui Haichao y Zhu Yangzhou, dos taikonautas (astronautas chinos), mantenían un encuentro virtual con niños de varias escuelas del país asiático para mostrarles cómo algunos de los procesos físicos que conocemos cambian en condiciones de microgravedad. En el transcurso de esa demostración, la pareja procedió a encender una vela para enseñar cómo arden.

La diferencia de una combustión como esta en un entorno terrestre y en otro de microgravedad es sustancial: mientras que en la Tierra una llama tiene forma de lágrima, en una estación orbital su aspecto es casi esférico.

Según explica el portal especializado LiveScience, que da cuenta de la noticia, esto se debe a que un objeto candente en la Tierra produce llamas formadas mediante convección impulsada por flotabilidad, con aire caliente ascendiendo y descendiendo. En microgravedad, sin embargo, esa corriente de convección es débil, lo que da lugar a que las llamas se expandan en todas direcciones y se produzca esa forma casi esférica.

En la EEI, los experimentos que implican combustión se realiza con un sistema integrado especial que mantiene el fuego aislado y contenido. Se trata de un modelo con el que también cuenta la estación Tiangong, subraya LiveScience, «para investigaciones serias en ese área».