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Premio Nobel

Premio NobelWikimedia Commons

¿En qué falla España para que ningún científico se haya llevado un Nobel en 64 años?

Endogamia, burocratización, falta de financiación y de diplomacia... los problemas que afronta la ciencia española llevan décadas siendo una constante

Un año más, y ya van 34 desde el último, España vuelve a quedarse fuera de los Premios Nobel. Desde que en 1989 Camilo José Cela se alzara con el galardón en la categoría de Literatura, nuestro país no ha vuelto a estar presente en las distinciones otorgadas por la Academia Sueca. Se trata del periodo de mayor sequía desde Juan Ramón Jiménez, que obtuvo el reconocimiento en 1956, 34 años después (los mismos que se cumplen ahora) del que fuera su predecesor, Jacinto Benavente.

Pero las letras son, con todo, un campo donde España ha sido históricamente más fuerte en los Nobel que en las ciencias. Seis autores premiados (incluyendo a Mario Vargas Llosa, peruano con nacionalidad española, en 2010) frente a dos científicos configuran el palmarés español en los célebres galardones. ¿Qué es lo que falla?

Para responder a esta pregunta, cabe rescatar las declaraciones trasladadas a El Debate por Francisco Javier Vilaplana, presidente de la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior (Raicex), en estas mismas fechas del año pasado.

Es frecuente en el mundo científico lamentar la falta de financiación y de apoyo a los proyectos en marcha, y eso es, justamente, lo que subrayaba el representante de los investigadores expatriados. «Es necesario incrementar la base de financiación a largo plazo, creando una base estable que permita a los grupos de investigación desarrollar nuevas líneas ambiciosas y arriesgadas», comentaba a este periódico en 2022.

Junto a ese escollo, Vilaplana citaba otros: endogamia, burocratización, falta de diplomacia para dar a conocer la ciencia española en el extranjero… un cóctel de deficiencias estructurales, en definitiva, que en nada favorece el «establecimiento de una cultura científica que promueva la retención y atracción de talento, y la libertad creativa necesaria para desarrollar descubrimientos rompedores». Porque esos grandes hallazgos disruptores son los que, coincide la comunidad, terminan alzándose con el premio.

Con todo, Vilaplana recordó que los Nobel se otorgan años después de que se realice el avance en cuestión, y confía en que, de deshacerse de sus lastres y potenciar una ciencia realmente puntera, los españoles puedan recoger los frutos en un futuro con proyectos impulsados desde su país.

El Debate se ha puesto este año en contacto con varias asociaciones españolas científicas con el fin de recabar un punto de vista más amplio que complemente a las declaraciones de Vilaplana, pero no ha obtenido respuesta alguna.

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