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Las IA podrían requerir la misma electricidad que un país entero en el futuro

Las proyecciones de un estudio arrojan esa posibilidad atendiendo al crecimiento que acusará el sector en los próximos años

El uso de las inteligencias artificiales generativas (IAG) requiere un volumen de energía tan ingente que en el futuro podría llegar incluso al punto de desbordar las demandas energéticas de algunos países, según un estudio disponible en el portal científico especializado Joule.

El alto consumo se debe a que estas herramientas (como ChatGPT o Midjourney) precisan una alta cantidad de datos, lo cual consume mucha energía.

Un ejemplo con el que el estudio ilustra esto es Hugging Face, empresa desarrolladora de IA con sede en Nueva York, cuyo ingenio de generación de texto multilingüe empleó cerca de 433 megavatios-hora (MWh) durante su entrenamiento a lo largo de un año; un volumen de energía similar al que necesitarían 40 hogares estándar a lo largo de ese tiempo. Basándose en este caso, y teniendo en cuenta que además se trata de una herramienta que solo genera texto y no imagen, los autores creen que otra como ChatGPT podría emplear 564 MWh de electricidad diarios, más de lo que requirió la de Hugging Face en 12 meses.

Pero esto no habría hecho más que comenzar, según los investigadores, que auguran un aumento de la demanda de estas herramientas y, por tanto, también de su consumo.

El equipo prevé un aumento de la producción de servidores de IA en el futuro próximo, con un incremento del consumo de entre 85 y 134 teravatios-hora (TWh) anuales para dentro de cuatro años. Esta marca sería similar al consumo anual de países como Suecia, Argentina o Países Bajos. No obstante, los altos costes derivados y los cuellos de botella en la cadena de suministros de IA reducen al mismo tiempo las probabilidades de llegar a ese escenario.

«El crecimiento potencial pone de relieve que debemos ser muy conscientes de para qué utilizamos la IA. Consume mucha energía, por lo que no queremos colocarlo en todo tipo de cosas donde en realidad no lo necesitamos», afirma Alex de Vries, líder del estudio.