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Concepto artístico del hipotético Planeta 9Wikimedia Commons

El hipotético 'Planeta 9' del sistema solar podría ser simplemente una forma alternativa de gravedad

Las perturbaciones en las órbitas de los objetos situados en el Cinturón de Kuiper serían explicables con una teoría física conocida como MOND

Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y… ¿otro más? Desde hace casi una década, numerosos astrofísicos han sospechado que en los confines del sistema solar podría haber un noveno planeta, conocido popularmente como Planeta 9, que explicaría las perturbaciones gravitatorias en la órbita de los cuerpos pequeños, como Sedna o Plutón, situados en el llamado Cinturón de Kuiper, un cinturón de asteroides allende Neptuno.

Hasta ahora, la búsqueda ha sido infructuosa. La oscuridad total de esa región y la enorme distancia a la que se encuentra imposibilita, o al menos hace muy difícil, dar con él en caso de que exista. Por eso, algunos científicos ya han planteado teorías alternativas, como por ejemplo que esas supuestas perturbaciones se deban no a un planeta, sino a la existencia de un agujero negro.

La última de estas hipótesis proviene de Harsh Mathur y Katherine Brown, físicos de la Case Western Reserve University y del Hamilton College de EE.UU., respectivamente. Ambos apuntan que las anomalías son explicables mediante una teoría gravitacional alternativa conocida como Dinámica Newtoniana Modificada, o MOND.

Popularizada en los años 80, esta teoría explica el funcionamiento de la gravedad en la Vía Láctea con la particularidad de que no tiene en cuenta la materia oscura. Esta materia, cabe recordar, se compone de partículas invisibles y de origen desconocido.

Así, MOND se usa para explicar por qué las estrellas y los planetas no son suficiente para provocar la atracción gravitatoria de las galaxias. Y sostiene, en ese sentido, que la ley de gravedad de Isaac Newton solo funciona hasta una distancia determinada, por lo que llega un punto en el que los cuerpos que orbitan alrededor de un objeto más grande a grandes distancias, como las estrellas en los bordes de galaxias espirales como la nuestra, reciben una atracción gravitatoria mayor que la que plantea la ley de Newton. «MOND es realmente bueno para explicar las observaciones a escala galáctica, pero no esperábamos que tuviera efectos notables en el sistema solar exterior», explican en un comunicado Brown y Mathur, que han publicado su investigación en The Astronomical Journal.

Para llegar a su conclusión, los dos físicos descubrieron que las órbitas que predice la teoría sobre esta alternativa gravitacional coinciden con las de Kuiper. «La alineación es sorprendente», dicen, aunque admiten que es aún pronto para descartar otras posibilidades y que los datos globales contrastados al respecto son todavía insuficientes.