Así es Dallol, el lugar más invivible del planeta
Se encuentra en Etiopía y lleva décadas intrigando a los científicos por sus condiciones extremas
Hay pocas palabras mejores que dallol («desintegración» o «disolución», en idioma afar) para definir al lugar considerado como el más extremo del planeta. Tanto es así, que ese es, de hecho, el topónimo que se le dio.
Situado en el norte oriental de Etiopía, a solo dos kilómetros de Eritrea, este lugar emerge en medio del desierto del Danakil como un entorno único en el mundo. No hay ningún tipo de vida, posiblemente a excepción de unas extrañas bacterias cuya naturaleza se desconoce, porque las condiciones ambientales que tiene lo vuelven inhabitable.
«Dallol es particular, porque es un ambiente extremo por distintos parámetros, o lo que es lo mismo, poliextremo», cuenta por teléfono a El Debate Felipe Gómez, investigador del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) y estudioso del entorno. Con temperaturas que rondan los 40 ºC en invierno y entre 50 y 60 ºC en verano, el aire puede llegar a ser irrespirable por los gases que emanan procedentes de un volcán cercano. «Es un ambiente hidrotermal, donde el agua sale por una chimenea a una temperatura muy elevada, a 80, 90 o incluso por encima de los 100 ºC, por lo que hay que tener cuidado para no meter el pie accidentalmente en ella. El pH [la acidez] del agua es muy extremo, mucho más, por ejemplo, que la de Río Tinto, en España… pero lo que lo hace tan característico y único es el tipo de colorido que tiene».
Hay varios factores que contribuyen a la consecución de esas tonalidades. En primer lugar, el hecho de que se sitúe en la depresión del Danakil, a 120 metros bajo el nivel del mar. En segundo, que precisamente en esa zona exista una confluencia de placas tectónicas llamada la Triple Unión. Y en tercero, que esa generación de placa se deba a la existencia de un bolo magmático, es decir, un volcán muy cerca de la superficie, a 4 o 5 kilómetros de distancia. «Si juntas todos esos elementos, todo el agua que percola del cercano Mar Rojo y todo el agua del subsuelo es supercalentada, arrastra una zona de sales que se depositaron en la Era Terciaria (hace millones de años) y acaba surgiendo arriba y rompiendo en forma de chimeneas con un montón de colores. Las chimeneas coloridas y esas lagunas que tiene vienen del agua hipercalentada y arrastrada por el volcán que está muy próximo», desgrana.
Las temperaturas son de 40 ºC en invierno y más de 50 ºC en verano
Gómez, un experto que lleva viajando casi anualmente a Dallol desde 2013 para estudiar sus características, halló contra pronóstico en una de sus visitas un tipo de bacterias extremófilas al recoger muestras de una de las lagunas. Miembro de tres misiones de la NASA en Marte, comenzó a ir junto a otros científicos para realizar labores de caracterización geológica y desarrollo de instrumentos. «Lo que hacemos es desarrollar tecnología para luego aplicarla en las misiones –dice–. Íbamos con esas intenciones, no sospechábamos que allí pudiera haber vida». Pero la hubo.
«Lo primero que pensamos fue que podía ser un tipo de contaminación, por lo que al año siguiente hicimos una serie de controles para comprobarlo y al final concluimos que no, que son bacterias que están presentes allí. Ahora estamos intentando descubrir su función, por qué están ahí en unas condiciones tan extremas. Y queremos publicar otro artículo sobre la biodiversidad completa que hemos visto, porque alrededor de Dallol hay una gran salina y los ambientes son muy distintos de unas zonas a otras».
El hallazgo trajo cola, y al tiempo de publicar su investigación, otro equipo realizó otro para cuestionar que hubiera registros biológicos. Sin embargo, dice Gómez, «el sitio es muy grande, y si los otros investigadores no manejan tus muestras, no pueden asegurar a ciencia cierta que no tengan vida». En este sentido, el investigador esgrime su experiencia en ambientes ácidos como Río Tinto, el análogo de Marte en España. «Todo eso ha hecho que nosotros veamos cosas que otros equipos o no han considerado, o las han considerado contaminaciones. Pero en nuestro caso tenemos la certeza de que no lo son, porque hemos hecho muchos controles al respecto».
Hace aproximadamente un mes, un tercer equipo distinto ratificó la presencia de bacterias. No obstante, señala el español, hay lagunas en Dallol con condiciones más extremas que las que tiene el enclave en promedio en las que sí que no existe rastro biológico alguno.