Afirman que el interior de la Tierra alberga restos de otro planeta

Lo más profundo de la Tierra alberga restos de otro planeta. Así lo ha confirmado este miércoles un estudio publicado en la revista Nature, que sugiere que a nada menos que 2.900 kilómetros bajo el suelo unas masas situadas bajo África occidental y el Océano Pacífico son los vestigios de otro mundo.

Esta posibilidad fue expuesta por un equipo de investigadores liderado por el geólogo Qian Yuan en marzo de 2021. Ahora, más de dos años después, un equipo de científicos entre los que se encuentra el propio Yuan confirman esta posibilidad.

Según explican, esta presencia de otro planeta se debe al impacto de la Tierra con un joven cuerpo celeste del tamaño de marte llamado Tea o Theia. Al parecer, parte del manto fundido de Tea penetró en el manto terrestre y se solidificó, lo cual ha dado lugar a las grandes zonas sísmicas anómalas que ahora intrigan a los científicos. De igual manera, de los restos de esta gigantesca colisión se habría formado la Luna.

Los científicos llegaron a esta conclusión mientras buscaban una explicación al hecho de que dos grandes regiones del manto terrestre presenten una velocidad sísmica inusualmente lenta a unos 2.900 kilómetros de profundidad, y de que su material sea entre un 2 y un 3,5 % más denso que el del manto terrestre circundante.

Los autores sugieren que los materiales densos pueden representar reliquias enterradas del material del manto de Tea que se conservaron en las profundidades de la proto-Tierra tras el impacto gigante que dio lugar a la formación de la Luna.

Las simulaciones numéricas han indicado que la Luna se habría formado de restos de la colisión y habría heredado material de Tea, principalmente, mientras que Gaia, debido a su masa mucho mayor, solo quedó «ligeramente contaminada» por material de Tea. Dado que Gaia y Tea eran formaciones relativamente independientes y compuestas de materiales diferentes, los investigadores creían que la Luna y la Tierra deberían tener composiciones distintas.

Sin embargo, las mediciones isotópicas de alta precisión han revelado que las composiciones de la Tierra y la Luna son notablemente similares, poniendo en entredicho la teoría convencional de la formación de la Luna. Los investigadores concluyen que este hallazgo será clave para comprender el estado inicial de la Tierra e incluso la formación de planetas cercanos.