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Elon Musk fundó SpaceX en 2002 con el propósito de colonizar MarteEl Debate

Una investigación destapa 600 accidentes laborales en SpaceX, de Elon Musk, desde 2014: «Son solo una parte»

Las lesiones incluyen amputaciones, electrocuciones, fracturas, quemaduras y heridas en cabeza y ojos

Un nuevo escándalo enturbia el liderazgo y la gestión empresarial de Elon Musk. El magnate, que solo en los últimos dos meses ha sido acusado de maltrato animal por la muerte de decenas de monos en pruebas experimentales de su empresa Neuralink, por un lado, y de no tomar medidas para impedir la proliferación de desinformación en X (otrora Twitter), por otro, afronta ahora una nueva y corrosiva mancha sobre su reputación: la de cientos de accidentes laborales sufridos por trabajadores de SpaceX entre 2014 y 2022.

Así lo destapa la agencia Reuters en una investigación que ha recopilado cerca de 600 casos hasta ahora desconocidos de siniestralidad en la compañía espacial de Musk. Las lesiones, causadas por una variedad de factores aunados por la premura del magnate sudafricano por colonizar Marte lo antes posible, son «solo una parte del total» -advierte Reuters- y abarcan todo tipo de daños, incluyendo amputaciones, electrocuciones y heridas en cabeza y ojos. Una concatenación de graves percances que llegó, de hecho, a causar incluso una muerte en 2014.

Según informa el artículo de la agencia británica, que bebe de entrevistas con afectados y registros gubernamentales, los siniestros han provocado desde ese año cortes o laceraciones en más de 100 empleados, fracturas o dislocaciones en 29, 17 aplastamientos en manos o dedos, nueve traumatismos craneoencefálicos, cinco quemaduras y el mismo número de electrocuciones. De todos esos accidentes, ocho terminaron en amputaciones, 12 afectaron a partes del cuerpo no especificadas, siete resultaron en heridas oculares y 170 supusieron esguinces o torceduras.

Siniestralidad por encima de la media

Con estos datos sobre la mesa, la siniestralidad media resulta considerablemente mayor que en el resto de la industria, puntualiza la agencia de noticias. Así las cosas, mientras que en las compañías espaciales el promedio es de 0,8 lesiones o enfermedades por cada 100 trabajadores, en otras instalaciones de SpaceX, como la de Brownsville (Texas), McGregor (Texas), o Hawthorne (California), fue de 4,8, 2,7 y 1,8 en 2022, respectivamente. Sin embargo, el apogeo de accidentes tuvo lugar, según Reuters, en las instalaciones del Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, en 2016, con un índice de 21,6 accidentes por cada 100 trabajadores. En ese momento, cabe destacar, solo trabajaban allí medio centenar de empelados.

El artículo informa, entre otros, de dos graves accidentes. Uno de ellos resultó mortal, y tuvo lugar cuando, en 2014, un trabajador llamado Lonnie LeBlanc cayó de un camión en marcha que transportaba una carga que no estaba debidamente amarrada. El otro ocurrió en 2022 durante una prueba de motores de cohete en la que una pieza impactó contra el cráneo de un trabajador, provocándole el coma.

Según Reuters, la empresa no notificó «durante la mayoría de años desde 2016 datos sobre las lesiones, como exigen los reguladores», y durante su investigación la agencia no encontró sanciones al respecto. En cuanto a las inspecciones realizadas tras los incidentes, las multas oscilaron entre cientos y miles de dólares, importes que Reuters tilda de «pequeños».

Ir a Marte a cualquier coste

Elon Musk, que fundó SpaceX en 2002 nada menos que con el objetivo de colonizar Marte, se ha caracterizado a lo largo de su carrera por una gestión empresarial (no solo de esta, sino de otras compañías que dirige, como Tesla o X) basada en jornadas maratonianas, cuestionamiento continuo de la legislación en aras de abaratar costes y presión a sus empleados al establecer plazos poco realistas para las entregas de proyectos.

De esta forma, algunos de los trabajadores consultados por Reuters relatan episodios en los que Musk, por ejemplo, pedía a sus trabajadores que no usaran chalecos reflectantes en su presencia, porque «no le gustaban los colores chillones», o declaraciones en las que aseguraba que «los empleados son responsables de su propia seguridad».