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Jeff Bezos, fundador de Blue OriginBlue Origin

La sombra de las prácticas laborales inseguras en el sector espacial se extiende a la compañía de Jeff Bezos

Un extrabajador demanda a Blue Origin por incumplimiento de las normas de seguridad requeridas para sus actividades un mes después de que una investigación destapara 600 accidentes en SpaceX por los mismos motivos

Poco menos de un mes después de que una investigación periodística documentara hasta 600 accidentes laborales ocurridos entre 2014 y 2022 en SpaceX, la empresa espacial de Elon Musk, una acusación similar apunta ahora directamente hacia su gran rival en la arena cósmica, Jeff Bezos.

El pasado jueves, el portal de información tecnológica TechCrunch se hizo eco de una demanda presentada por Craig Stoker, exgerente del programa de desarrollo del motor de cohete BE-4 de Blue Origin, en la que acusa a su antigua compañía, propiedad de Bezos, de poner a sus trabajadores en riesgo al ignorar las normas de seguridad laboral requeridas para las actividades que realiza la firma.

En la demanda, Stoker, que trabajó en la empresa entre 2020 y 2022, relata cómo sus advertencias y quejas sobre el incumplimiento de normas cayeron repetidamente en saco roto tras presentarlas en varias ocasiones ante la cúpula de la compañía.

Aunque el artículo de TechCrunch solo hace mención explícita a un accidente –el de un trabajador que, debido a la falta de medidas de seguridad, estuvo a punto de morir asfixiado mientras trabajaba bajo un motor en el verano de 2022–, los paralelismos con SpaceX y su caso particular de siniestralidad laboral son insoslayables.

Al igual que la compañía de Musk, la cultura empresarial que describe Stoker en Blue Origin es la de una entidad más preocupada por cumplir a toda costa con los plazos de entrega fijados en sus contratos comerciales que por la seguridad de sus empleados.

El motor BE-4 en concreto lleva años sufriendo retrasos en la producción y entrega a United Launch Alliance, que empleará el impulsor en su futuro cohete Vulcan. Según el demandante, Bob Smith, ex director ejecutivo de Blue Origin, forzaba con frecuencia al equipo «a violar los procedimientos y procesos de seguridad para cumplir con plazos irracionales», al tiempo que la compañía instaba a sus empleados a ocultar información sobre los retrasos en la producción del motor a la empresa destinataria del mismo.

Bezos, durante una presentación de Blue OriginFlickr

Cinco meses después de haberse reunido en varias ocasiones con la vicepresidenta de recursos humanos, Mary Plunkett, y la vicepresidenta de la unidad de motores, Linda Covy, Stoker fue despedido «sin causa» en octubre de 2022.

La demanda, que se presentó en noviembre de este año, reclama una indemnización superior a la que le ofreció la empresa en un primer momento, y asegura también que este año se dio orden a algunos empleados de hacer turnos de trabajo de 24 horas en «al menos dos ocasiones».

«Dedicamos mucho tiempo a suavizar las cosas, recobrar la moral, reparar daños, evitar que las personas reaccionaran exageradamente ante órdenes de vulnerar políticas y procedimientos y guiarlas para que tomen las decisiones correctas», denuncia la demanda respecto a los intentos de Stoker de corregir la dirección encauzada por su antigua compañía.