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La cápsula de Varda Space, tras aterrizar en el Campo de Pruebas y Entrenamiento de UtahVarda Space Industries

Llega a la Tierra una cápsula espacial que estuvo ocho meses varada en órbita al no obtener permiso de EE.UU.

Las autoridades rechazaron varias veces la maniobra por considerar que no cumplía los estándares de seguridad necesarios

Varda Space Industries, la empresa de investigación espacial cuya cápsula llevaba meses varada en órbita al no recibir permiso de EE.UU. para retornarla a la Tierra, ha recuperado finalmente su contenido.

La compañía lanzó el satélite W-Series 1, manufacturado por Rocket Lab, el pasado mes de junio. Concebido como su primera fábrica espacial, tenía la misión de elaborar materiales y realizar experimentos en condiciones de microgravedad, según explican en su web.

El día 30 de ese mes, la empresa anunció que su fábrica orbital había completado un experimento para cultivar cristales de ritanovir, un fármaco comúnmente utilizado para tratar el VIH, dentro de un laboratorio en miniatura.

Tras ello, el satélite debía maniobrar de regreso a la atmósfera. Sin embargo, la reiterada denegación de los permisos necesarios para volver a la Tierra por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA) dilataron una y otra vez la operación. Hasta la pasada semana.

Tras meses de negociaciones con la FAA, la cápsula de retorno del satélite terminó regresando a la Tierra el pasado jueves 22, ocho meses después de su lanzamiento, según comunicó la empresa. Aterrizó en el Campo de Pruebas y Entrenamiento de Utah (EE.UU.), el lugar donde estaba prevista la llegada desde un primer momento y que suele albergar este tipo de operaciones espaciales de retorno.

Ese había sido, de hecho, el nudo gordiano del asunto: hasta ahora, las recuperaciones en Utah habían estado operadas por la NASA. Sin embargo, esta era la primera vez que la titular del objeto o vehículo era una empresa privada, por lo que la FAA no terminaba de apreciar plenas garantías de seguridad en la operación planteada por Varda.

Una vez recuperada, los expertos de la compañía constatarán si los cristales del ritonavir fabricados presentan las mejoras proyectadas por el hecho de haber sido creadas en microgravedad.

Además de medicamentos, la compañía también pretende fabricar componentes electrónicos en órbita. Eso sí, el próximo aterrizaje no será en Utah, sino en el Campo de Pruebas de Koonibba (Australia), donde ya ha obtenido los permisos necesarios para ello.

Para 2026, Varda espera estar recuperando cápsulas al ritmo de una al mes.