La Universidad de Harvard prueba un fármaco que podría posibilitar la hibernación en humanos
Los ensayos realizados hasta ahora han resultado exitosos
La hibernación en humanos, esto es, la ralentización significativa de la actividad metabólica –de manera similar al proceso que realizan algunas especies de animales– es hoy por hoy una utopía existente únicamente en el terreno de la ciencia ficción.
El metabolismo constante, las necesidades alimenticias y energéticas continuas y la imposibilidad de reducir a 0º C la temperatura corporal constituyen obstáculos prácticamente insalvables que nos impiden hibernar, una cualidad que previsiblemente resultará fundamental para los viajes espaciales de varios meses del futuro (por ejemplo, a Marte), pero que también ayudaría a los enfermos en la Tierra al retrasar los efectos dañinos de traumatismos en tejidos y órganos y ayudar de paso a los médicos a encontrar un tratamiento más eficaz.
Por este motivo, varios equipos científicos han investigado a lo largo de los años la forma de inducir la hibernación artificial rápida y reversible en humanos. Y los últimos en haber anunciado resultados exitosos al respecto ha sido un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard.
Como la reducción prolongada de la temperatura puede provocar graves daños en humanos y además los sistemas que requiere son difíciles de usar, el equipo, dirigido por Donald Ingber, director fundador del Instituto Wyss para la Ingeniería Biológicamente Inspirada de Harvard, buscó un compuesto que tuviera efectos en menos de una hora y que estos fueran reversibles en un plazo de 24 horas.
El candidato con el que dieron fue SNC80, un analgésico no adictivo que provoca la fulminante reducción de los procesos metabólicos deseada, según habían revelado ensayos anteriores con renacuajos.
Sabiendo esto, avanzaron al siguiente nivel: probarlo en órganos trasplantados. Concretamente, en el corazón de un cerdo, donde observaron una rápida disminución de la función metabólica y una reducción del 50 % del consumo de oxígeno. El efecto duró las seis horas en las que se diseñó el ensayo, y al reiniciarlo con un desfibrilador el órgano recuperó los niveles normales de consumo de oxígeno y frecuencia del pulso, todo ello sin daños aparentes.
¿Prometedor?
«La capacidad de inducir rápidamente un estado reversible de suspensión de la animación mediante una inyección en los centros de atención sanitaria podría permitir nuevos enfoques terapéuticos para ralentizar los efectos de los traumatismos y las infecciones agudas, lo que aumentaría la supervivencia en diversos entornos, desde la exploración militar y espacial hasta las emergencias sanitarias civiles, como los accidentes de tráfico, o limitar los daños causados por los accidentes cerebrovasculares», explica Ingber.
«Nuestros hallazgos demuestran que el SNC80 puede utilizarse para inducir la biostasis y producir un estado hipometabólico que, en combinación con un sistema de transporte autónomo, podría aumentar potencialmente la viabilidad de los órganos fuera del cuerpo durante periodos de tiempo sostenidos», añade.
El fármaco está lejos aún de certificarse como un mecanismo inocuo y efectivo para inducir la hibernación puesto que para eso deberá probarse también en humanos, pero permite recuperar la ilusión de lo que hasta ahora se ha visto solo en películas y libros.