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Un panal de abejasPexels

Descubren cómo las abejas interpretan los bailes con los que sus compañeras les comunican dónde hay comida

El hallazgo se produjo estudiando una colonia en completa oscuridad

Desde hace décadas, es sabido que las abejas se comunican entre sí mediante las llamadas 'danzas del meneo', bailes con los que, por medio de sus movimientos y orientación en el panal, indican la dirección y la distancia hasta el alimento fuera de la colmena. Sin embargo, los mecanismos sensoriales que les permiten descifrarlos siguen estando envueltos en gran misterio.

Parte de esta incógnita se ha resuelto ahora tras la publicación de un estudio en la revista Current Biology que revelan cómo, en la completa oscuridad de la colmena, cada abeja utiliza sus antenas para ayudar a interpretar la información comunicada a través de las 'danzas'.

El hallazgo, realizado por un equipo de la Universidad de Edimburgo, se produjo estudiando una colonia en un colmenar y utilizando modelos computacionales para imitar sus procesos cerebrales.

Para ello, los investigadores, de la Facultad de Informática, filmaron a los insectos en cámara lenta y alta resolución bajo luz infrarroja. Esto les permitió rastrear con gran detalle la posición de las antenas de las abejas circundantes durante cada danza de meneo, que de otro modo serían borrosas para el ojo humano.

Los investigadores observaron que las abejas alteran la posición de sus antenas, que la bailarina toca repetidamente mientras se mueve, según el ángulo de su cuerpo con respecto al bailarín.

El equipo se dio cuenta de que las abejas podían decodificar danzas desde cualquier ángulo, o incluso desde posiciones en constante cambio, combinando las señales captadas por sus antenas con su propio sentido de gravedad. Sin embargo, esto requiere que la abeja sume con precisión los dos ángulos detectados por sus dos sistemas sensoriales.

«Comprender cómo los pequeños cerebros de los insectos llevan a cabo cálculos tan sofisticados puede ayudarnos a diseñar computadoras más compactas y energéticamente eficientes», dijo en un comunicado la coautora Bárbara Webb, profesora de la Escuela de Informática.

Utilizando un modelo informático que replica circuitos cerebrales conocidos en la abeja, los investigadores demostraron que se necesitan menos de cien neuronas para integrar esta información y recuperar el ángulo y la distancia a la comida que se señala en una danza de meneo.

«Esto es particularmente interesante porque revela un mecanismo neuronal notablemente elegante empleado por las abejas para descifrar información compleja con recursos mínimos», explicó la coautora Anna Hadjitofi.

Según los investigadores, obtener mayores conocimientos sobre cómo se comunican las abejas podría ayudar a los científicos a comprender mejor los efectos de cuestiones como la pérdida de hábitat y el uso de pesticidas en la capacidad de los insectos para encontrar alimento.