La razón por la que los humanos prehistóricos no tenían caries
El hallazgo de dos piezas dentales de hace 4.000 años en perfecto estado sorprendió a un grupo de científicos
La higiene dental de los humanos antiguos era, como puede imaginarse, bastante peor que la que tenemos hoy en día. No tenían cepillo, pastas dentríficas ni otros privilegios de la civilización moderna. Y aun así, sorprendentemente, no parecían desarrollar caries, una dolencia bucodental que sin embargo sí afecta casi al 100 % de la población global actual en algún momento de sus vidas, según la Organización Mundial de la Salud.
El hallazgo corresponde a un equipo de investigadores irlandeses en base a un par de piezas dentales encontradas en los años 90 una cueva de piedra caliza de ese país. Ambas pertenecían a un individuo que vivió hace unos 4.000 años, durante la Edad del Bronce.
Al analizarlas, detectaron que, a pesar de que estaban en perfectas condiciones, tenían una alta concentración de bacterias como las que hoy provocan ciertas enfermedades bucodentales. Entre ellas, Streptococcus mutans, a la que se asocia el surgimiento y desarrollo de caries.
¿Por qué, entonces, las piezas se conservaban tan bien? Los motivos que se barajan son dos: por un lado, las condiciones frías y secas de la cueva pudieron contribuir a ello. Por el otro, que en realidad la S. mutans encontrada no se trataba de la misma bacteria que provoca la caries hoy en día, sino de una versión antigua y mucho menos virulenta de la misma.
Los investigadores creen que los cambios en la alimentación ocurridos «en los últimos siglos» han mermado la biodiversidad del microbioma oral o intestinal. Entender cómo ha afectado exactamente «podría ayudarnos a entender un poco por qué algunas enfermedades se han generalizado tanto en las poblaciones occidentalizadas», como por ejemplo por qué la S. mutans ha terminado mutando en una versión mucho más agresiva con el paso del tiempo.
Un momento clave, añaden, es la aparición de la agricultura de cereales, lo que conllevó un aumento en la frecuencia de las caries de los humanos antiguos. Con el tiempo, el ser humano fue incluyendo progresivamente más azúcares en sus dietas, un elemento poco presente en ellas con anterioridad.
El estudio se publica en la revista Molecular Biology and Evolution.