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Una gallina sussexJohannes G. M. van Rooy

Descubren que las gallinas también se 'ruborizan' (aunque no por vergüenza)

El estudio amplía el conocimiento etológico de las aves de corral

Cuando los seres humanos nos avergonzamos, nuestro cuerpo inicia una respuesta fisiológica por la cual los vasos sanguíneos cercanos a la superficie de la piel se dilatan, lo que hace que aumente el flujo de sangre a través de ellos.

Es lo que se conoce como rubor, y aunque son muchos los factores que pueden causar el enrojecimiento de la cara (no solo vergüenza, sino también emoción o acaloramiento, por ejemplo), no somos los únicos que lo experimentamos… También las gallinas lo hacen.

Así lo ha observado una investigación dirigida por la etóloga Delphine Soluet, de la Universidad de Tours, y publicada en la revista Applied Animal Behaviour Science.

Tras observar miles de imágenes de 13 gallinas sussex durante cinco semanas y en diversas situaciones (baños de polvo, alimentación, captura, etc.), los autores comprobaron que la cara de las gallinas enrojecía ante estímulos como su comida preferida o cuando sentían miedo.

Había, no obstante, una diferencia importante en el grado de esa reacción entre las gallinas familiarizadas con la presencia humana, en las que la respuesta emocional era menor, y las que no lo estaban. Por ello, recalcan, es necesario que se habitúen a las personas.

El estudio destaca la importancia de comprender la expresión emocional de estos animales de cara a su bienestar, y amplía el conocimiento sobre la etología de las aves de corral.

Ya en 2017, de hecho, otro estudio detectó que, cuando se exponían a sus crías a un estímulo negativo, las gallinas mostraban signos de angustia, como un aumento en la frecuencia cardíaca y la temperatura de la cresta y las mejillas.