Elon Musk reconoce que su chip cerebral ha tenido un problema
Link, el chip cerebral implantado por primera vez el pasado enero por la empresa neurotecnológica Neuralink, propiedad de Elon Musk, no está funcionando como se preveía en un primer momento, aunque ello no reviste peligro para la vida del paciente al que le fue insertado.
El problema, en concreto, es que un número indeterminado de los hilos que componen el chip se han «retraído», según ha revelado la empresa en una publicación en la que hace balance del estado del paciente en los cien días transcurridos desde que se produjo la operación.
El implante, que pretende capacitar a personas con tetraplejia para que puedan usar ordenadores y otros dispositivos con la mente, se compone de 64 hilos más delgados que un cabello humano que albergan, en total, 1.024 electrodos. Estos electrodos registran las señales cerebrales del paciente y las traducen y procesan.
El paciente que recibió el primer implante forma parte de un estudio preliminar para evaluar la seguridad y funcionalidad de esta interfaz cerebro-máquina. Se llama Noland Arbaugh, tiene 29 años y hace ocho años perdió gran parte de su movilidad durante un accidente de submarinismo. Desde que se le mostró usando por primera vez un ordenador semanas después del anuncio, tanto él como Neuralink han emitido vídeos y retransmisiones en vivo en las que se le ve jugando a videojuegos gracias al implante.
El origen del problema de los hilos no está claro, pero los científicos creen que podría deberse a la acumulación de aire atrapado dentro del cráneo del paciente tras la cirugía, una condición llamada neumocefalia. Aunque en un primer momento se consideró retirar el implante tras identificar el problema, el hecho de que no revierta peligro para Arbaugh llevó a descartar finalmente esta posibilidad.
Lo que sí ha confirmado la propia Neuralink es que la retracción de los hilos redujo la tasa de bits por segundo, que se utiliza para medir la rapidez y precisión con la que un paciente con un implante puede controlar el cursor de una computadora. Con todo, la empresa pudo restaurar esta tasa al nivel previo al problema (que se detectó en febrero) al modificar el algoritmo que decodifica las señales de los electrodos.
La compañía, que ha recibido críticas tanto por sus ensayos en animales como por su opacidad y hermetismo al revelar información sobre la operación y el estado del paciente, recibió luz verde para iniciar ensayos clínicos en humanos el año pasado. A lo largo de 2024, Neuralink planea insertar más implantes en otros voluntarios.