El peligro de las IA que 'resucitan' a muertos y exparejas y triunfan en China: «No permiten superar el duelo»
El auge de este tipo de tecnologías, que solo precisan de material gráfico y audiovisual de la persona en cuestión para crear un avatar virtual, puede llevar aparejados ciertos riesgos psicológicos, advierte un experto a El Debate
Las primeras tecnologías asomaron tímidamente hace aproximadamente un lustro, pero en los últimos tiempos, con el desarrollo a pasos cada vez más agigantados de la inteligencia artificial (IA), se han replicado hasta conformar un considerable espectro de empresas y aplicaciones que prometen lo imposible: resucitar –virtualmente– a los difuntos (o a cualquiera, realmente).
La idea se ha vuelto toda una sensación en China, donde muchos familiares han recurrido a estas ofertas para anestesiar el inmenso dolor de haber perdido a un ser querido.
El precio a pagar es variable en función del resultado conseguido, aunque se ha abaratado sustancialmente respecto al que pedían las primeras empresas cuando la competencia no era tan abierta como ha terminado siendo. Hay desde algunas opciones gratuitas a otras más sofisticadas de pago, pero, en esencia, lo que se requiere para ello es todo el material gráfico y audiovisual posible del fallecido. Con él, se genera un avatar virtual que da la falsa sensación de que la persona sigue viva, de forma que se pueda interactuar con ella a través, por ejemplo, de una videollamada.
«Cuando esta tecnología realmente se desarrolle, es posible que el concepto de perder a seres queridos no exista, porque las personas se volverán eternas», comentaba en diciembre, en un reportaje de la AFP, Seakoo Wu, padre de un joven de 22 años fallecido en 2022 por una apoplejía repentina. Seakoo, al igual que otros clientes y ofertantes del sector, cree que estas IA llevarán eventualmente al siguiente nivel el papel que adoptaron en su día las fotografías para mantener vivo el recuerdo de quienes ya no estaban.
Aunque el perfil de los familiares que quieren seguir teniendo un contacto (ficticio) es frecuente entre los usuarios, también hay otros, como los novios despechados que no han superado aún a sus exparejas.
Riesgo psicológico
Pero superar las rupturas sentimentales y muertes, aunque difícil y doloroso, es necesario, tal y como explica, consultado por El Debate, David López, médico especializado en psiquiatría y director de MenteAMente, un centro de salud mental en Madrid.
«Esta idea puede resultar muy atractiva para muchas personas, sobre todo, considerando que la IA se puede (y se suele) programar para ser muy amable con su interlocutor. Pero, ¿cómo puede afectar esto a la elaboración de un duelo por la muerte de un ser querido? Worden [J. William Worden, una de las autoridades mundiales en tratamiento del duelo] describe el trabajo de duelo en cuatro tareas. Establece que la Tarea 1 es la de aceptar la realidad de la pérdida. Es común que nuestra primera reacción ante la muerte de un ser querido sea la de negar que sea cierto o que la muerte sea irreversible. La esperanza de reunirse con la persona muerta es un sentimiento normal, pero tenemos que aprender que eso no va a ser posible. De esta manera, poco a poco, vamos siendo capaces de integrar la pérdida y su irreversibilidad.
La Tarea 3 es la de adaptarse a un medio en el que el fallecido ya no está presente. Esto implica el admitir que ese ser querido ya no va a estar ahí para ti y vas a tener que asumir tú mismo nuevos roles o buscar a otras personas que cumplan con esa misión. La flexibilidad y la adaptación al entorno nos facilita esta tarea.
No vamos a poder aceptar la irreversibilidad de la muerte de una persona si creemos que podemos seguir hablando con ellaMédico especializado en psiquiatría y director de MenteAMente
Por tanto, si recurrimos a una inteligencia artificial que recree a nuestro ser querido, no podremos realizar las tareas de Worden. No vamos a poder aceptar la realidad ni irreversibilidad de la muerte de una persona si creemos que podemos seguir hablando con ella, viéndola y escuchando su voz. Tampoco podremos desarrollar estrategias maduras de afrontamiento, que incluyan asumir nuevos roles, cubrir las necesidades emocionales que el fallecido satisfacía ni encontrar un lugar emocionalmente apropiado para el fallecido. Por último, mantener un contacto a largo plazo con esta IA podría interferir en los recuerdos reales que tengamos de esa persona y alterar la imagen que nos hubiera quedado de ella.
El duelo no se supera, no se olvida a la persona fallecida, se integra su muerte como integramos su vida en la nuestra. Hablamos de que un duelo es elaborado satisfactoriamente cuando la persona se siente más esperanzada, recupera el interés por la vida, vuelve a experimentar gratificación y logra adaptarse a los nuevos roles o encuentra estrategias alternativas. Usar una IA para hablar con los muertos puede interferir en la elaboración del duelo, cronificando el proceso, dificultando la elaboración de otros duelos e incluso interfiriendo en el trabajo personal que uno mismo tiene que hacer con su propio final. La vida es tan limitada como irreversible es la muerte».