Despega con éxito la nave Starliner de Boeing tras años de retrasos
Si la misión de prueba va bien, comenzará a transportar carga y astronautas a la Estación Espacial Internacional a partir de 2025
La nave espacial Starliner, desarrollada por Boeing, ha despegado con éxito este miércoles en lo que constituye su primera prueba tripulada.
La misión tiene como destino la Estación Espacial Internacional (EEI), adonde las cápsulas Crew Dragon de la empresa SpaceX ya transportan carga y astronautas desde 2020. Si la prueba resulta efectiva, Boeing obtendrá las certificaciones necesarias para operar como un segundo proveedor a partir de 2025. Para ello, sin embargo, los veteranos astronautas Barry 'Butch' Wilmore y Sunita 'Suni' Williams tendrán que probar manualmente todos los sistemas de la nave para así constatar su seguridad y eficacia. Dichas comprobaciones se alargarán durante casi 24 horas, tras lo cual la nave se acoplará a la EEI. Wilmore y Williams permanecerán en ella siete días antes de regresar a la Tierra.
La misión es la primera tripulada operada por Boeing, con la que la NASA firmó un contrato millonario en 2014 para desarrollar una nave de transporte con la que operar y tener una vía de comunicación con la EEI desde suelo estadounidense. Sin embargo, años de retrasos y sobrecostes permitieron que SpaceX, competidora de Boeing y con la que la agencia también firmó el mismo acuerdo, tomara la delantera.
La misión estuvo planeada en un primer momento para 2017, pero una concatenación de retrasos la han terminado posponiendo siete años a efectos de garantizar la seguridad del vehículo. En 2022, eso sí, completó con éxito un viaje a la EEI, pero sin tripulación.
Retraso tras retraso
En el último mes, la Misión de Prueba de Tripulación (CFT, en inglés) también había sido aplazada en varias ocasiones. Se fijó para el 6 de mayo, pero un fallo en una válvula obligó a posponerla para el 17, cuando se detectó una fuga de helio que finalmente se optó por no reparar por no suponer un riesgo para la integridad de la nave. El pasado sábado, un fallo en un chasis que alimenta de energía a tarjetas informáticas relacionadas al cohete Atlas V de United Launch Alliance, que ha propulsado la Starliner, suspendió de nuevo el lanzamiento a menos de cuatro minutos para la ignición. El Atlas V, por cierto, debutaba hoy también como vehículo de propulsión de una nave tripulada.
En total, todos los retrasos habían elevado la factura de sobrecostes a 4.200 millones de dólares.
Hasta ahora, la compañía de Elon Musk era la única con capacidad para realizar este tipo de maniobras, lo que la había granjeado una enorme reputación y prestigio y la había consagrado como la empresa aeroespacial más poderosa del mundo. Desde entonces, las cápsulas Dragon han completado 13 viajes espaciales en los que se ha transportado a 50 personas, entre astronautas, cosmonautas y ciudadanos privados.