El hallazgo en Irán del primer pintalabios conocido arroja luz sobre los orígenes del maquillaje

Aunque con el paso de los siglos se haya ido sofisticando, el origen del maquillaje se remonta a hace milenios. Ya en el Antiguo Egipto, hace alrededor de 6.000 años, mujeres y hombres usaban kohl, una mezcla de galena y otros ingredientes, para delinear los ojos; y óxido de hierro para enrojecer las mejillas y los labios. Lo mismo ocurría –con otros productos y significados– en otras civilizaciones coetáneas o posteriores, como China, India, Grecia, Roma o Japón.

Precisamente un equipo de arqueólogos dirigido por Nasir Eskandari, de la Universidad de Teherán, ha analizado un pequeño recipiente tubular hallado en 2001 en el sudeste iraní y ha llegado a la conclusión de que fue, en su día (hace 4.000 años), un pintalabios de color rojo. Y no cualquiera, sino el más antiguo descubierto hasta ahora.

La investigación, publicada en la revista Scientific Reports, se realizó tras analizar los rastros existentes dentro del recipiente, en el que se encontraron ingredientes notablemente similares a los de los pigmentos utilizados hoy en día por los lápices labiales. Un rasgo que pone de manifiesto, asimismo, los avanzados conocimientos químicos y metalúrgicos que debía poseer la cultura a la que perteneció el objeto para fabricarlo.

Época

El artefacto coincide a escala temporal con la antigua cultura Marhasi, que floreció en el 3.000 a.C. en la meseta iraní. Los investigadores advirtieron que tanto su forma como su tamaño eran inusuales, por lo que procedieron a realizar un análisis a fondo para averiguar qué era exactamente.

Así, en su interior hallaron una pequeña cantidad de polvo fino, suelto y de color púrpura oscuro. Tras someterlo a una serie de técnicas analíticas, determinaron que el ingrediente dominante era la hematita, un mineral que, pese a que presenta un color negro en su forma rocosa, se convierte en polvo rojo intenso y brillante cuando es molido. Los otros componentes encontrados eran el cuarzo, el clinocloro, la braunita, la manganita y la galena (uno de los ingredientes, recordemos, del kohl), así como ceras y aceites vegetales similares a los del lápiz labial moderno.

En base a esta información, y por el aspecto del tubo, los investigadores concluyen que se trató de un pintalabios fácilmente utilizable con una sola mano.

«Este descubrimiento revela que los artesanos iraníes de hace 5.000 a 4.000 años ya habían desarrollado un conocimiento muy avanzado sobre compuestos metálicos, naturales y sintéticos que podían producir no sólo kohl como delineador de ojos y base de maquillaje de plomo blanco, sino mucho más. Ahora, a esto se suma la pintura labial recientemente descubierta. Los rastros mínimos de minerales de plomo sugieren que tales artesanos comprendieron los peligros de la ingestión directa de plomo. También sugiere la posibilidad de que los cosméticos se usaran en contextos sociales formales y ceremoniales, como un componente importante del papel dominante de un sector elitista de la población», dijo Massimo Vidale, arqueólogo de la Universidad de Padua (Italia), en declaraciones a la revista Smithsonian.