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Killi turquesa

Este pez podría tener el secreto de por qué las mujeres viven más que los hombres

El killi turquesa ya ha sido objeto de estudio en el pasado por su rápido envejecimiento

Las mujeres viven, en promedio, alrededor de cinco años más que los hombres: según datos de la Organización Mundial de la Salud, la esperanza de vida de una fémina es de 74 años al nacer, frente a los 69 de un varón.

Hay factores sociales y conductuales que explican esta brecha: los hombres, por ejemplo y en términos muy generales, tienden a realizar actividades de alto riesgo, como conducir a alta velocidad, practicar deportes extremos o consumir alcohol y tabaco en grandes cantidades; mientras que las mujeres, por el contrario, procuran cuidarse más y son, en ese sentido, más cautas en lo que respecta a la atención sanitaria.

En el aspecto biológico, se sabe que el hecho de que las mujeres tengan dos cromosomas X les brinda una redundancia genética que les aporta mayor protección contra ciertas enfermedades, al contrario que los hombres. Además, el estrógeno también tiene efectos protectores en comparación con la testosterona, que está asociada a comportamientos más arriesgados y agresivos. Por último, los hombres suelen padecer determinadas patologías crónicas antes que las mujeres.

Experimento

Para recabar más información sobre el aspecto biológico, un equipo de científicos de la Universidad de Osaka realizó un experimento con killis turquesas, una especie de agua dulce que llega a la madurez sexual solo dos semanas después de nacer y vive unos pocos meses, por lo que ambas especies podríamos compartir un mecanismo biológico parecido. «El proceso de envejecimiento en los killis es similar al de los humanos, por lo que no creo que los humanos sean necesariamente más complicados. Creo que esta investigación será un trampolín para comprender el control del envejecimiento en los seres humanos», dijo el profesor Tohru Ishitani, autor principal del estudio.

Al eliminar de los peces la producción de células germinales –que más tarde derivan en óvulos o espermatozoides– los autores descubrieron que, sorprendentemente, los machos vivían más y las hembras morían más temprano. «Esperábamos que la eliminación de células germinales extendiera la vida útil tanto de hombres como de mujeres, pero solo extiende la vida masculina y acorta la vida femenina. Fue inesperado, pero nos dimos cuenta de que este descubrimiento puede arrojar luz sobre las diferencias sexuales en la esperanza de vida», dijo Ishitani.

Esta eliminación tuvo consecuencias biológicas claras: en las hembras, los cambios hormonales derivados de la supresión estimularon su crecimiento a expensas del mantenimiento de los tejidos sanos, al tiempo que la reducción del estrógeno aumentó el riesgo de enfermedad cardiovascular. Por su parte, los machos generaron más vitamina D en el hígado, lo cual podría explicar su mejor salud ósea, muscular y cutánea.

No es la primera investigación que se realiza con el killi turquesa, cuya efímera vida y rápido proceso de envejecimiento resulta sumamente valioso en estudios sobre genética y biología del desarrollo.