La nave espacial Starliner tiene ya cinco fugas de helio: ¿corren peligro sus astronautas?
La NASA ha optado por retrasar varios días su regreso a tierra desde la Estación Espacial Internacional a fin de analizar a fondo los fallos
La cápsula espacial Starliner de Boeing, que despegó hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) la semana pasada en su primer vuelo de prueba, tiene cinco fugas de helio que están siendo cuidadosamente monitorizadas por la NASA.
El anuncio, que fue revelado el lunes, cinco días después del lanzamiento, matiza que los escapes no revisten peligro para los astronautas 'Butch' Wilmore y 'Suni' Williams, que viajaron a bordo de la nave para probar manualmente todos sus sistemas y deben volver igualmente a la Tierra con ella.
«Los ingenieros evaluaron el suministro de helio basándose en las tasas de fuga actuales y determinaron que Starliner tiene mucho margen para respaldar el viaje de regreso desde la estación. Sólo se necesitan siete horas de vuelo libre para realizar un final normal de la misión, y Starliner actualmente tiene suficiente helio en sus tanques para soportar 70 horas de actividad de vuelo libre tras el desacoplamiento», escribió la NASA en un comunicado.
De las cinco fugas, la nave partió con una ya desde la Tierra, detectada dos semanas antes del lanzamiento y que los ingenieros descartaron subsanar al considerar que no implicaba un problema grave de seguridad. Las cuatro restantes han ido apareciendo gradualmente durante el vuelo y una vez acoplada la cápsula al módulo Harmony de la EEI.
La duración de la misión estaba prevista en un primer momento para una semana, de forma que la nave debía regresar este jueves. Sin embargo, la NASA anunció finalmente el fin de semana que se prolongaría hasta el martes, a fin de que Wilmore y Williams pudieran llevar a cabo una caminata espacial durante su estancia en la EEI. De esta forma, los equipos también podrán seguir realizando comprobaciones técnicas y de supervisión de la Starliner.
Propulsores
Además de las fugas de helio, la cápsula también experimentó problemas en cinco de los 28 propulsores de su sistema de control de reacción (RCS) de camino a la EEI. Aunque cuatro fueron restaurados, uno sigue fuera de servicio. Los ingenieros planean ponerlo a prueba hacia el final de la misión.
En paralelo, Wilmore y Williamsestán evaluando durante su estancia en órbita sus trajes espaciales Boeing Blue y otros aspectos de la nave, y han elogiado públicamente el rendimiento del vehículo: «La nave espacial fue precisa, más de lo que hubiera esperado. Podríamos detenernos en un momento, por así decirlo», dijo Wilmore durante una llamada del 10 de junio.
El lanzamiento de prueba de la Starliner estaba inicialmente programado para 2017, pero una serie de problemas, retrasos y sobrecostes terminaron por postergar sucesivamente su debut hasta el pasado día 5.