¿Cuál es la altura máxima a la que puede volar un insecto o un ave?

Si tuviéramos alas, ¿cuál sería la altura máxima a la que podríamos volar? A partir de los 2.100 metros, aproximadamente y en función de la persona, a los humanos nos comienza a faltar el oxígeno conforme va subiendo la altitud. En el caso de las aves y los insectos, sin embargo, la altitud a la que se mueven depende de su tamaño, características y hábitat.

La mayoría se mueven a alturas bajas, de entre 0 y 100 metros los insectos –abejas, mariposas, moscas y escarabajos– y de 0 a 500 metros los pájaros –gorriones, palomas y aves cantoras–. Esto se debe a la búsqueda de alimento, refugio o el instinto de apareamiento y reproducción.

En el siguiente escalón se encuentran las aves migratorias como patos y gansos (500-2.000 metros), mientras que lo que se considera un vuelo medio para insectos como algunas libélulas y polillas migratorias es en realidad en el que se mueven los pájaros pequeños (100-500 metros). Todos ellos tratan de aprovechar las corrientes de aire favorables para recorrer largas distancias, y de paso, en el caso de las aves, evitar depredadores.

Un poco más alto son capaces de volar otras aves también migratorias como los ánsares indios, una especie de Asia central y meridional adaptada a cadenas montañosas de gran altura, como los Himalayas, que puede moverse a alturas de hasta 5.000 metros. En la siguiente horquilla de insectos voladores a mayor altitud se encuentran los que superan los 2.000 metros, como son por ejemplo las langostas del desierto (hasta 4.500 metros) o mariposas migratorias que han sido detectadas volando también sobre los Himalayas a 5.791 metros de altura.

Además, un experimento reciente constató que los abejorros de la especie Bombus impetuosus podían flotar a una presión de aire equivalente a la que se encontraría a una altitud de 9.000 metros, 100 más que la altura del Everest.

Por último, el ave con el récord de altitud de vuelo registrado hasta la fecha es el buitre de Rüppell, que puede alcanzar los 11.300 metros sobre el nivel del mar, una cota a la que se desplazan también los aviones.