Cuando el Mediterráneo estuvo a punto de evaporarse y desaparecer
La llamada Crisis de Salinidad del Messiniense provocó una desecación casi total y acabó con el 89 % de su biodiversidad
Hace unos 5,5 millones de años, el mar Mediterráneo estuvo a punto de desaparecer. Fue durante la llamada Crisis de Salinidad del Messiniense, y el origen no fue otro que la desconexión (temporal) entre el Mediterráneo y el océano Atlántico al cerrarse el estrecho que los conectaba por medio de lo que hoy es la Península Ibérica.
Ese aislamiento condujo a un ciclo repetido de desecación parcial o casi completa de la cuenca, lo que provocó fluctuaciones extremas de la salinidad y la temperatura y, finalmente, la acumulación de aproximadamente un millón de kilómetros cúbicos de sal. En consecuencia, solo un 11 % de las especies autóctonas sobrevivieron al evento.
Ahora, un equipo internacional que ha contado con la participación de Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC) y del Instituto de las Ciencias del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona ha publicado en Science un estudio detallado sobre el impacto en la vida marina de ese episodio, así como sobre cuánto tardó en recuperarse la biodiversidad y de qué tipo fue la que quedó.
Según ha podido concluir el trabajo, dirigido por la Universidad de Viena, tuvieron que pasar 1,7 millones de años para que el Mediterráneo recuperara su biodiversidad, de acuerdo a un registro fósil exhaustivo de especies.
Proceso
A lo largo de la historia, los movimientos litosféricos (la capa más sólida y superficial de la Tierra) han provocado en repetidas ocasiones el aislamiento de mares regionales y la acumulación masiva de sal, como la que se produjo en el Mediterráneo.
Esta acumulación (que fue descubierta en la década de 1970) provocó bruscas fluctuaciones de salinidad y temperatura, además de modificar las vías de migración de los organismos marinos, el flujo de larvas y el plancton y de perturbar los procesos centrales del ecosistema.
Tras varias décadas de investigación sobre fósiles datados entre 12 y 3,6 millones de años hallados en tierra firme en los países y en núcleos de sedimentos de aguas profundas, el equipo descubrió que un 66,8 % de las especies marinas después de la crisis eran diferentes de las que había antes. Igualmente, solo 86 de las 779 especies endémicas que vivían exclusivamente en el Mediterráneo antes de la crisis sobrevivieron al enorme cambio en las condiciones de vida.
Tras la reconexión con el Atlántico y la invasión de nuevas especies como el gran tiburón blanco y los delfines oceánicos, la biodiversidad marina mediterránea presentó un patrón novedoso, con una disminución del número de especies de oeste a este, como ocurre en la actualidad.
Solo 86 de las 779 especies endémicas sobrevivieron al evento
«Los resultados abren un montón de nuevas preguntas apasionantes», afirma Daniel García-Castellanos, investigador de Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC) y autor principal del estudio, en declaraciones recogidas por Efe. Entre ellas, cómo y dónde sobrevivió el 11 % de las especies a la salinización del Mediterráneo o cómo cambiaron los ecosistemas.
Estas cuestiones podrán ser abordadas en la red de Acción COST, denominada SaltAges, que comenzará en octubre con fondos de la Comisión Europea y donde todos los investigadores están invitados a explorar los impactos sociales, biológicos y climáticos de las eras de sal.
A nivel general, y de la misma forma, los métodos utilizados en el estudio también proporcionan un modelo que conecta la tectónica de placas, el nacimiento y la muerte de los océanos, la sal y la vida marina que podría aplicarse a otras regiones del mundo.