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16 de septiembre de 2024

Muestra recreada por ordenador

Muestra recreada por ordenadorUniversidad de Stanford

Crean una pomada que vuelve transparentes los tejidos de animales vivos usando un colorante alimentario

Este avance será de gran utilidad para la práctica clínica al hacer más visibles las venas para la extracción de sangre

Un equipo de científicos de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) ha logrado volver transparentes la piel y los tejidos de ratones vivos al aplicarles en la piel un colorante alimentario común –que se utiliza en aperitivos, caramelos y otros alimentos de color naranja o amarillo–, lo que ha permitido observar sus vasos sanguíneos y el funcionamiento de los órganos y los músculos de los ratones en directo.

Esta nueva técnica desarrollada, publicada este jueves en la revista científica Science, será de gran utilidad para la práctica clínica al hacer más visibles las venas para la extracción de sangre o ayudar en la detección precoz y el tratamiento del cáncer.

La piel humana, al igual que la del resto de animales, es un medio de dispersión, por eso no podemos ver a través de ella. En una lucha para revertir esto, Zihao Ou, autor principal del estudio, y sus compañeros, decidieron, tras muchos estudios, combinar el colorante amarillo denominado tartrazina, que es una molécula que absorbe la mayor parte de la luz, especialmente la azul y la ultravioleta, con la piel.

Por separado, explica el investigador en la revista, estas dos cosas «bloquean la mayor parte de la luz que las atraviesa» pero si las juntas, se logró «la transparencia de la piel de ratón». Así, revela que para los que entienden de física «esto tiene sentido». Sin embargo, para los que no están familiarizados con ella, «parece magia», reconoce Ou.

La 'magia' se produce porque al disolver en agua las moléculas que absorben la luz cambia el índice de refracción de la solución de forma que coincide con el índice de refracción de los componentes de los tejidos, como los lípidos. Básicamente, las moléculas de colorante reducen el grado de dispersión de la luz en el tejido cutáneo, como la disipación de un banco de niebla.

Un experimento realizado en ratones

Al investigar con roedores, los científicos frotaron la solución de agua y colorante sobre la piel del cráneo y el abdomen de los animales y comprobaron lo que habían estudiado: se volvía transparente. Lo más sorprendente fue que al lavar la zona embadurnada, los efectos se revertían. De hecho, fueron más allá. Vieron que el colorante que ha penetrado en la piel se metaboliza y se elimina a través de la orina.

Tal y como relata Ou en el estudio, la transparencia tarda «unos minutos en aparecer». Es similar al funcionamiento de una crema o mascarilla facial. No funciona a todos por igual, ya que depende mucho de la rapidez con que las moléculas se difunden en la piel.

Mientras se estaba llevando a cabo el experimento, los creadores vieron directamente los vasos sanguíneos de los animales, así como sus órganos y las contracciones musculares que mueven el contenido por el tubo digestivo, entre otras cosas.

¿Funcionará en humanos?

Aunque sería un gran avance para los humanos, lo cierto es que aun no se ha testado en pieles de este tipo, cuyo grosor es unas diez veces más que la de un ratón. Para que esto se lleve a cabo, primero tendrán que descifrar qué dosis de tinte o método de administración será necesario.

Ahora, los siguientes pasos que tienen que dar los investigadores consistirán en determinar qué dosis de la molécula de colorante puede funcionar mejor en el tejido humano. Además, para que esto esté listo con la mayor brevedad posible, el quipo de Ou está experimentando con otras moléculas similares pero más eficaces que la tartrazina.

No se sabe cuándo llegará, pero lo que sí han adelantado ya los investigadores ha sido la solicitud de la patente de la tecnología.

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