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La IA avanza para adaptarse a entornos complejos y cambiantesFreepik

La IA evoluciona y será capaz de actuar al margen de la intervención humana

Esta IA puede tomar decisiones en tiempo real usando datos tanto históricos como actualizados y puede planificar acciones para lograr objetivos sin intervención humana

La inteligencia artificial (IA) generativa ha avanzado hacia una nueva fase autónoma, evolucionando para adaptarse a entornos complejos y cambiantes con capacidad de actuar sin intervención humana directa. Esta nueva versión, denominada IA «Agentic» o «agente», representa un paso adelante respecto a las aplicaciones de IA tradicionales que requieren intervención humana para funcionar. Ahora, la IA agentic se caracteriza por su autonomía, adaptabilidad y capacidad de autoaprendizaje, cualidades que permiten multiplicar sus aplicaciones: desde la colaboración con humanos y otras máquinas hasta la mejora continua de procesos productivos y la resolución de problemas complejos en el ámbito empresarial.

Con este cambio, surgen grandes oportunidades y también desafíos éticos. Expertos consultados destacan que el desarrollo responsable de esta IA debe basarse en principios de seguridad, equidad y transparencia, asegurando que cualquier innovación esté al servicio del progreso social y económico. Asimismo, enfatizan la necesidad de establecer límites claros que orienten lo que se debe hacer, diferenciándolo de lo que simplemente podría hacerse. Este enfoque ético cobra especial importancia a medida que algunas empresas y consorcios tecnológicos comienzan a implementar aplicaciones agentic en un contexto empresarial.

En este sentido, compañías como Nvidia y Accenture han creado equipos especializados que trabajan en diferentes centros de innovación en Europa, Asia y América, con el fin de facilitar la implementación de esta tecnología avanzada. Paralelamente, la empresa alemana Celonis ha lanzado «AgentC», una herramienta de IA agentic diseñada para analizar y optimizar la eficiencia empresarial en cada proceso, incorporando amplios conocimientos sobre el funcionamiento interno de las organizaciones.

Juan Ignacio Rouyet, presidente de We The Humans, un laboratorio de ideas sobre tecnología y sociedad, advierte que esta nueva IA tiene capacidades significativas que aún están en exploración. A diferencia de modelos anteriores, esta IA puede tomar decisiones en tiempo real usando datos tanto históricos como actualizados y puede planificar acciones para lograr objetivos sin intervención humana. Entre las aplicaciones que se están explorando se incluye la monitorización de pacientes para tomar decisiones médicas en tiempo real, la optimización de recursos empresariales mediante un análisis detallado de riesgos, e incluso la creación de sistemas de vigilancia constante que respondan de inmediato a amenazas como ciberataques.

Rouyet también señala que esta fase de la IA puede estar, en parte, sujeta a una «hipérbole» en torno a sus capacidades, como ocurrió con los modelos de lenguaje basados en inteligencia artificial. Según su análisis, aunque el potencial es grande, es probable que algunas expectativas se ajusten con el tiempo. En su opinión, es crucial establecer límites claros y asegurar la supervisión humana en todas las aplicaciones de IA, abogando por un desarrollo regulado que inspire confianza en la tecnología y la mantenga alineada con valores éticos y sociales. Subraya que Europa tiene la responsabilidad de liderar el camino en la creación de una IA segura y confiable.

Alberto García Arrieta, líder en IA y datos en Accenture España, comparte una visión similar, señalando que esta evolución de la inteligencia artificial potencia las capacidades humanas sin reemplazarlas. Según Arrieta, la IA agentic facilita la colaboración en contextos complejos que requieren la intervención de múltiples entidades y la manipulación de grandes volúmenes de información. Sin embargo, destaca que habilidades humanas, como la toma de decisiones, el conocimiento experiencial y la inteligencia emocional, son ahora más cruciales que nunca. Arrieta enfatiza la importancia de contar con marcos regulatorios que guíen el desarrollo ético de la IA, con transparencia en los algoritmos y responsabilidad en su diseño, para asegurar que los valores humanos se integren y guíen la autonomía de estas nuevas tecnologías.

Ambos expertos coinciden en que el avance de la IA agentic ofrece oportunidades únicas, pero su implementación requiere prudencia y un compromiso claro con los principios éticos para que esta tecnología cumpla su potencial en beneficio de la sociedad.