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Galaxia del Sombrero
ESA

La galaxia del Sombrero deslumbra en una nueva imagen del telescopio James Webb

Se encuentra a unos 30 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Virgo, y sigue siendo un objeto de fascinación para los astrónomos

Una nueva imagen en el infrarrojo medio obtenida por el telescopio espacial James Webb (NASA/ESA/CSA) muestra con un detalle sin precedentes la galaxia del Sombrero, conocida también como Messier 104 (M104). En esta observación, el núcleo brillante que suele destacar en las imágenes en luz visible aparece más apagado, revelando un disco interior suave. Gracias a la alta resolución del instrumento MIRI (Mid-Infrared Instrument), se destacan los intrincados detalles del anillo exterior de la galaxia, proporcionando información valiosa sobre la distribución del polvo, un componente esencial en la formación de estructuras cósmicas.

Por primera vez, el Webb muestra la naturaleza grumosa del polvo en el anillo exterior de la galaxia del Sombrero. Según la ESA, estas irregularidades en el polvo contienen hidrocarburos aromáticos policíclicos, moléculas ricas en carbono que pueden estar asociadas con regiones jóvenes de formación estelar. Sin embargo, a diferencia de otras galaxias estudiadas con el Webb, como Messier 82, conocida por su intensa actividad de formación estelar (10 veces mayor que la de la Vía Láctea), la galaxia del Sombrero tiene una tasa mucho más baja, produciendo menos de una masa solar de estrellas al año, en comparación con las dos masas solares anuales de la Vía Láctea.

Un núcleo galáctico activo y su ecosistema estelar

En el corazón de la galaxia del Sombrero reside un agujero negro supermasivo, con una masa equivalente a 9.000 millones de soles. Clasificado como un núcleo galáctico activo (AGN) de baja luminosidad, este agujero negro se alimenta lentamente del material circundante, emitiendo un pequeño pero brillante chorro de energía.

La galaxia también alberga aproximadamente 2.000 cúmulos globulares, cada uno compuesto por cientos de miles de estrellas antiguas unidas por la gravedad. Estos sistemas funcionan como laboratorios naturales para estudiar estrellas de la misma edad pero con diferentes masas y propiedades, lo que ofrece a los astrónomos oportunidades únicas de análisis comparativo.

Un caleidoscopio de galaxias

En la imagen capturada por el MIRI, el fondo del espacio está repleto de galaxias de formas y colores variados. Estas variaciones cromáticas pueden revelar detalles sobre las propiedades de las galaxias, como su distancia o composición, proporcionando una ventana al estudio de los confines más lejanos del Universo.

La galaxia del Sombrero se encuentra a unos 30 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Virgo, y sigue siendo un objeto de fascinación para los astrónomos.

El telescopio James Webb continúa siendo una herramienta de gran demanda en la comunidad científica. En su cuarto año de operaciones, que comenzará en julio de 2025, recibió un número récord de propuestas: 2.377 solicitudes antes del 15 de octubre de 2024, acumulando más de 78.000 horas requeridas. Esta cifra refleja una tasa de sobreoferta de 9 a 1, ya que el tiempo disponible para observaciones es limitado.

Las propuestas abarcan una amplia gama de temas, destacando las observaciones de galaxias distantes como las más solicitadas, seguidas por el estudio de atmósferas de exoplanetas, estrellas y sus poblaciones, y sistemas de exoplanetas.

Este nivel de competencia refleja el papel crucial del Webb en la exploración de los misterios del cosmos y su capacidad para ofrecer imágenes y datos que redefinen nuestra comprensión del Universo.