El mapa que muestra los cráteres de impacto de meteoritos en la Tierra: hay 190 catalogados
En la península de Yucatán, en Méjico, se encuentra uno de los cráteres de impacto por meteorito más grandes y famosos de la Tierra. Llamado Chicxulub, tiene un diámetro estimado de 180 kilómetros y es el resultado del choque de un asteroide hace aproximadamente 66 millones de años que causó la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno. Este es solo uno de los ejemplos más conocidos, pero hay muchos más.
El Centro de Ciencias Planetarias y Espaciales (PASSC, por sus siglas en inglés) es un centro de investigación surgido en Canadá que estudia varios aspectos de la Tierra. Una de sus áreas de investigación son los cráteres de impacto en nuestro planeta, por lo que han creado un mapa mundial donde han señalado los 190 cráteres catalogados.
Aunque este número pueda parecer elevado, se aleja mucho de los 70.000 meteoritos conocidos por los científicos. Por ello, desde el PASSC continúan buscando este tipo de signos de impacto por otras zonas del globo.
Las superficies de cuerpos muy antiguos del Sistema Solar interior, como Mercurio, la Luna y las tierras altas del sur de Marte, revelan evidencia de un período de intenso bombardeo temprano ocurrido hace aproximadamente 3.900 millones de años. Desde ese evento, la frecuencia de impactos ha disminuido significativamente, aunque la Tierra aún experimenta colisiones importantes de forma regular.
En promedio, nuestro planeta es golpeado por uno a tres objetos lo suficientemente grandes como para generar cráteres de unos 20 kilómetros de diámetro aproximadamente cada millón de años. A pesar de esta tasa de impacto, el número de cráteres relativamente jóvenes identificados en la Tierra es sorprendentemente bajo en comparación con lo que cabría esperar.
Esto sugiere que muchos cráteres recientes podrían estar aún por descubrir, ya sea debido a procesos geológicos que los han ocultado, como la erosión, la tectónica de placas y la sedimentación, o porque aún no han sido estudiados a fondo. La búsqueda e identificación de estos cráteres más recientes sigue siendo un desafío para la ciencia planetaria. Cabe destacar, no obstante, que solo los meteoritos que pesan más de 10 toneladas dejan un cráter.
De los casi 200 cráteres identificados, su diámetro varía desde unas pocas decenas de metros hasta unos 300 kilómetros y su edad va desde tiempos recientes –como los cráteres Sikhote-Alin en Rusia, que datan de 1947– hasta los más de 2.000 millones de años.
Clave en la evolución de los planetas
Los impactos de asteroides y meteoritos han desempeñado un papel crucial en la evolución de los planetas, aunque su relevancia no comenzó a reconocerse hasta la década de 1960. Antes de ese periodo, los geólogos consideraban que fragmentos de material extraterrestre ocasionalmente atravesaban la atmósfera, pero las pruebas disponibles se limitaban a meteoritos recogidos para su exhibición en museos y algunos pequeños cráteres efímeros, especialmente en regiones desérticas.
Si bien resulta imposible rastrear con precisión los efectos climáticos que estos eventos pudieron tener en el pasado, el calor y la presión generados por las colisiones dejan huellas geológicas significativas que pueden estudiarse en la actualidad. Estas huellas revelan cómo los impactos alteraron las rocas subyacentes y desencadenaron fenómenos de gran relevancia geológica.
Entre los efectos más destacados de estos choques se encuentra la formación de depósitos de diamantes, uranio y minerales como el yeso, así como la creación de reservas subterráneas de gas. Estos procesos subrayan cómo los eventos cósmicos, aparentemente catastróficos, han contribuido de manera significativa a moldear los recursos naturales de nuestro planeta.